LONDRES 2012
María Sharapova, abanderada de Rusia, entrena en una de las pistas donde se disputará el tenis olímpico. / Reuters
Los 204 abanderados que tendrán el privilegio de desfilar a la cabeza de su delegación este viernes en la ceremonia de apertura tienen a menudo una sólida experiencia olímpica, incluso un completo palmarés, pero su notoriedad rara vez ha superado las fronteras de su país.
El corredor jamaicano Usain Bolt es, evidentemente, la excepción. Únicamente Rafa Nadal o Roger Federer habrían podido disputarle la atención en la pista del estadio olímpico. El español, siete veces ganador de Roland Garros y campeón olímpico en Pekín, renunció por una lesión y el suizo dejó su plaza de abanderado a otro jugador de tenis, Stanislas Wawrinka.
El abanderado sustituto de Nadal, la estrella de la NBA, Pau Gasol, y la joven tenista rusa María Sharapova, los que, aparte de Bolt, tienen más posibilidades de ser reconocidos por los espectadores.
Pero serán la excepción, ya que, a imagen del campeón griego de taekwondo Alexandros Nikolaidis, de 33 años, ganador de dos medallas de plata y que abrirá el desfile como manda la tradición.
La mayoría de los abanderados son sobre todo conocidos por sus compatriotas y los especialistas de su disciplina. Como la tiradora de esgrima francesa Laura Flessel, el ciclista británico Chris Hoy o la jugadora de hockey sobre hierba alemana, Natascha Keller, a menudo son atletas con experiencia en los Juegos los que son elegidos, de manera más o menos democrática, por los comités olímpicos nacionales.
Así, Keller, de 35 años, fue medalla de oro en Atenas 2004, mientras que Flessel, de 40 años, participa en sus quintos Juegos Olímpicos con cinco medallas en su palmarés, y Hoy, de 36 años y cuádruple campeón olímpico estuvo en Sídney, Atenas y Pekín.
Como demuestra también el ejemplo de Flessel, tercera abanderada femenina de Francia desde 1912, las grandes naciones olímpicas parecen decantarse ahora por reservar a mujeres el honor de encabezar sus delegaciones.
Además de Sharapova, Keller y Flessel, la tiradora estadounidense Mariel Zagunis, campeona olímpica de sable en 2004 y 2008, la luchadora japonesa Saori Yoshida, que intentará en Londres lograr su tercer título consecutivo (en la modalidad de menos de 55 kg) y la gran estrella italiana del florete, Valentina Vezzali (cinco medallas de oro) demostrarán que llevar la bandera es cada vez menos un privilegio masculino.
Las otras delegaciones no les van a la zaga y así, el comité olímpico de Catar ha elegido a una joven campeona de tiro de 19 años, Bahiya al Hamad, para destacar la primera participación femenina de ese país, y Sudáfrica confió el honor a Caster Semenya, que tuvo que afrontar una polémica sobre su género tras su victoria en los 800 m en los mundiales de 2009 de Berlín.
Fiel a su costumbre desde 1988, China ha elegido a un hombre, Yi Jianlian, que sucede a otro jugador de la NBA, Yao Ming, que abrió la marcha en la ceremonia de Pekín.
La elección de jugadores de baloncesto, opción elegida también por España, va más bien contracorriente, al igual que la designación de tenistas como fue el caso de Rusia, Suiza y Polonia (Agnieszka Radwanska), ya que la mayoría de países suelen optar por especialistas de deportes olímpicos más "tradicionales" (atletismo, esgrima, ciclismo, judo...).
La elección del abanderado también obedece a veces a la intención de destacar el recorrido de un deportistas, como el del jugador de badminton checo Petr Koukal, que recientemente superó un cáncer de testículo.
