Pese a su deficiente estado, al menos según la Junta de Andalucía, a la plaza de toros le siguen saliendo novias. Un grupo de empresarios del ámbito taurino viene mostrando su interés por invertir en el coso jerezano asumiendo su gestión. Mientras, el propietario, Pedro Balañá, ha encargado un nuevo estudio técnico sobre el edificio ante su total desacuerdo con el dictamen de la Junta de Andalucía que propició la clausura del recinto.
Según ha podido saber LA VOZ, este grupo de empresarios nacionales ya ha contactado con el propietario para iniciar las negociaciones y llegar a algún acuerdo. Las fuentes consultadas insisten en que estos empresarios consideran rentable la plaza de toros y contemplan la operación como una gran oportunidad de negocio, en una ciudad de 200.000 habitantes, con grandes posibilidades turísticas y de importante tradición taurina y cultural.
El traspaso de la gestión incluiría, según las fuentes consultadas, que los nuevos gestores se encargarían de proyectar y financiar las obras de rehabilitación que precisa el inmueble de la calle Circo. Esta oferta cobra un nuevo sentido, ya que la Junta mantendrá cerrada la plaza de toros hasta que culmine el arreglo de los desperfectos detectados.
No obstante, a mediados de la próxima semana inspeccionarán la plaza de toros los arquitectos externos contratados por Balañá. Su objetivo es contar con un segundo informe que certifiquen las carencias del inmueble, determinen su gravedad real y dictamine si realmente resulta necesario cerrarlo al público.
A la espera de que fructifiquen las conversaciones entre los empresarios taurinos y el propio Balañá, lo que está claro es que el traspaso de la gestión sólo será posible en régimen de arrendamiento. El propietario no está interesado en vender la plaza de toros.
El traspaso de la gestión sólo se plantearía en alquiler. Es más, las mismas fuentes confirman que, por medio de terceros, los empresarios ofrecieron arrendar la plaza de forma continuada o para espectáculos puntuales. Ésta es la fórmula que Balañá emplea en la Monumental de Barcelona.