Jorge Arnaldo Hernández, el soldado fallecido el pasado sábado en Afganistán, será enterrado en Chulacanas, su localidad natal en Perú. El paracaidista recibió la Cruz al Mérito Militar con distintivo amarillo a título póstumo de manos del presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el funeral oficial que se celebró en la base de la II Bandera de la Brigada Paracaidista (Bripac) en Alcalá de Henares (Madrid). El cadáver del fallecido fue repatriado a Perú por deseo de su familia, pocas horas después del sepelio, en un avión de las Fuerzas Armadas españolas.

La ceremonia estuvo presidida por el jefe del Ejecutivo, a quien acompañó el ministro de Defensa, José Antonio Alonso. También acudió la cúpula militar en pleno, encabezada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Félix Sanz Roldán; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; y el líder de la oposición, Mariano Rajoy.

Condolencias

Antes de comenzar el funeral, el jefe del Ejecutivo mostró sus condolencias a la viuda, Zaida Vilma Jiménez, que apenas pudo mantenerse en pié, y a los familiares del soldado. La esposa estuvo acompañada en todo momento por un cuñado del fallecido, sensiblemente afectado, que también pertenece a la Bripac.

El cadáver fue velado durante toda la noche por sus compañeros de la brigada y ocho de ellos llevaron el féretro hasta el lugar de la ceremonia. El arzobispo general castrense, Francisco Pérez González, que oficio una ceremonia sobria, quiso agradecer la labor de los inmigrantes que se ponen «al servicio de la patria de España» y destacó el «ejemplo de compañerismo» de los efectivos que «intentaron salvarle».

Una compañía de honores de legionarios paracaidistas entonó una oración por el compañero fallecido y rindió un homenaje a los caídos. Después, Zapatero entregó a la viuda la bandera que había cubierto el féretro, la boina paracaidista y la condecoración, en uno de los momentos más emotivos del funeral.

Al término de la ceremonia, el presidente del Gobierno y el líder de la oposición conversaron durante unos minutos con Esperanza Aguirre y José Antonio Alonso sobre el proceso de Afganistán, según fuentes de La Moncloa. A pesar de que Alonso había calificado en junio la misión en Afganistán de «bajo riesgo» y «con un nivel de seguridad de gran tranquilidad», varios paracaidistas declararon a los periodistas que «la situación es muy dura», «no estamos repartiendo agua», dijeron.

Por expreso deseo de su familia, el cadáver de Hernández será enterrado en su país de origen, Perú. Para ello el Ministerio de Defensa dispuso un avión del Ejército del Aire en el que también viajaron la viuda y los familiares del fallecido. El avión llegará a Lima y después los restos del fallecido serán trasladados a su localidad natal.

El fallecido, de 26 años, había viajado a España para poder mantener a toda su familia, que sigue viviendo en Perú. Vivía con su mujer, que recibirá una pensión del Estado. Llevaba en la Bripac tres años y aún no había obtenido la nacionalidad española, aunque había pedido una ampliación de su compromiso con las Fuerzas Armadas para poder nacionalizarse.

El soldado había acudido a Afganistán el pasado 11 de junio para sustituir a los miembros de la Legión. El regreso de los efectivos de la unidad de elite a la que pertenecía Hernández, estaba previsto para octubre. Sus compañeros, heridos en el ataque cuando intentaban salvarle, permanecen todavía en observación en el Hospital Central de la Defensa. Los cuatro serán condecorados con la Cruz al Mérito Militar, con distintivo rojo.