-¿Cómo se metió en el fascinante mundo de la gimnasia rítmica?

-Mis inicios fueron a los diez años aproximadamente. Me inscribí en la gimnasia gracias a una amiga que quería apuntarse. Ella ya no lo practica porque se quitó.Yo soy la que sigo en esto.

-¿Qué modalidad prefiere practicar?

-Me encantan las mazas aunque reconozco que no es nada fácil. Lo más difícil es la cinta porque siempre hay que estar en movimiento, no se puede parar y es difícil de manejar.

-¿Requiere mucho sacrificio este deporte?

-Si lo que deseas es llegar lejos sí. Yo no quiero llegar a comer de esto porque implica renunciar a demasiadas cosas. De todas formas, de la gimnasia rítmica no se vive, hay que buscarse otro empleo.

-¿Hay tradición gimnasta en Jerez?

-En la provincia de Cádiz es donde más clubes de gimnasia hay. Jerez, en concreto, tiene mucha tradición aunque, está claro que éste es un deporte muy minoritario.

-¿Tiene ídolos en este deporte?

-Pues sí, me fijo en muchas gimnastas, intento copiar todo lo bueno de ellas. De todas maneras, mi favorita es la rusa Anna Bessonova. Es buenísima en lo suyo, para mí la mejor y cada vez que sale en televisión me quedo a verla.

-Me dice que la gimnasia rítmica no garantiza la estabilidad económica, entonces ¿que profesión le gustaría ejercer de mayor?

-Pues me gustaría hacer algo relacionado con la ingeniería pero todavía es pronto porque estoy estudiando cuarto de ESO. No tengo claro aún qué tipo de ingeniería haré.

-¿Es cierto que hacéis regímenes muy estrictos en gimnasia?

-No, en absoluto. Yo puedo comer lo que quiera. Si una gimnasta no quiere estar gorda es por ella, no por lo que le pueda decir la profesora en cuestión.

-¿Cuál es el secreto que debe tener una buena deportista de rítmica?

-Sobre todo flexibilidad y fuerza, eso es lo más importante. Mis características son la fuerza y el equilibrio. Además de otras facultades que puden ser interesantes.

-¿Quién es su profesora?

-Se llama Cristina Casares y es una gran profesional. Se encarga de preparar las coreografías.