El primer teniente de alcalde, Pedro Pacheco, abandonó ayer el salón de plenos como un niño con zapatos nuevos. Tal y como habían acordado los socios, PSOE y PSA mantuvieron su alianza y votaron a favor del préstamo de 65 millones de euros para inversiones de la Gerencia Municipal de Urbanismo. Esta votación no supone la llegada automática del dinero, sino una autorización a la Gerencia para que busque entidades financieras que le presten el dinero.
El propio Pacheco fue el encargado de presentar a la Corporación un crédito que justificó aludiendo al «momento dulce que está viviendo la ciudad desde el punto de vista urbanístico». El también coordinador del Área de Política Territorial arguyó la necesidad de acometer las obras pendientes del actual PGOU antes de que entre en vigor la nueva Ordenación, prevista para el año que viene. Además, Pacheco recordó al más puro estilo keynesiano los empleos que creará la ejecución de las obras. «Os da coraje que el Gobierno diga que tiene treinta millones de euros de inversiones y cree 1.000 empleos», espetó a la oposición.
El portavoz socialista, Juan Manuel García Bermúdez, alegó que este crédito no fue incluido en los Presupuestos de 2006, a pesar de haber sido negociado a la vez por los socios, por «motivos de oportunidad política».
«Primero había que asegurar la refinanciación, algo que ya hemos conseguido», consideró García Bermúdez, que recalcó que el crédito supone «un plan de inversiones, que no es un plan de despilfarro».
Sospechosa y extraña
Tampoco hubo sorpresas en las intervenciones de los grupos de la oposición, que repitieron los argumentos que han venido planteando desde que se conoció el préstamo. «Es una operación extraña en su origen y en su oportunidad», manifestó el edil popular Bernardo Villar, que insistió en que «no se ha cumplido ni una de las condiciones que impuso la alcaldesa».
«No cumple el informe del interventor y no ha pasado por la comisión de Economía y Hacienda», incidió el concejal Villar, que señaló que esta operación «huele a intercambio de cromos».
El portavoz de Izquierda Unida, Joaquín del Valle, hizo del adjetivo «sospechosa» la piedra angular de su intervención. Del Valle subrayó que este préstamo viene a cubrir el desfase causado porque la Gerencia no cubre los ingresos previstos «desde hace años» y señaló que el crédito «da al traste el plan de saneamiento y el plan de refinanciación».
Las insinuaciones de la oposición no sirvieron para cambiar ni un ápice los planteamientos de los socios de Gobierno, que aprobaron el préstamo tras hora y media de discusiones.