Mientras Robbie McEwen conseguía, de forma insultante, su tercera victoria de etapa al esprint, con varios metros de ventaja sobre sus rivales, el pelotón de la carrera afrontará hoy la contrarreloj más enigmática, más abierta y más trascendente de los últimos años en el Tour. Sin Lance Armstrong, los nombres que nos venían a la cabeza eran los de Jan Ullrich, Ivan Basso o Vinokourov, por no citar otros aspirantes a la general. Huérfanos de todos ellos, hay que rebuscar en el pozo de la memoria para encontrar a sus sustitutos.
Da lo mismo que se pregunte a corredores o directores. Si hay un nombre que se repite de forma constante pensando en los 52 kilómetros contrarreloj de Rennes, ese es el de Floyd Landis. También cuando se habla del ganador final de la carrera francesa. Ex compañero de Armstrong, ganador esta temporada de la Vuelta a California y de la Vuelta a Georgia, Floyd Landis fue el mejor corredor, entre los supervivientes de este Tour, en la última contrarreloj del año pasado, disputada en Saint-Etienne. Terminó a 2:02 de Armstrong. Landis aventajó entonces en cuatro segundos a Cadel Evans y en 23 segundos a George Hincapie. Si nos fijamos en la primera contrarreloj de 2005, sobre 19 kilómetros, que ganó David Zabriskie, Hincapie fue el mejor emplazado, con cinco segundos de ventaja sobre Landis.
Respeto por Hincapie
Mirando el estado en el que ha quedado la carrera, sin ninguna referencia, Rennes puede marcar el inicio de una nueva época o la aparición de un corredor con el que nadie cuenta. Las ventajas iniciales en la general son para George Hincapie, un corredor al que no todo el mundo ve como un serio aspirante para ganar el Tour.
De momento, hoy será el último de los posibles favoritos en tomar la salida, con 11 segundos de ventaja sobre Landis, 15 con respecto a Cadel Evans y Moreau, un francés que podría estar ante su gran oportunidad, 19 segundos con respecto a Klöden y 23 con respecto a Leipheimer. En 2005, Hincapie cedió 23 segundos en la contrarreloj de 55 kilómetros sobre Landis.
Los nombres citados son algunos de los que pueden contar, pero no los únicos. Esos 52 kilómetros van a aclarar muchas incógnitas, algunas definitivas, como saber quien va a poder ganar esta prueba.
Landis, irregular
El australiano Cadel Evans sólo perdió cuatro segundos, siempre sobre Landis. El portugués José Azevedo 4:23, el ucranio Yaroslav Popovych se fue al 1:07, y el alemán Andreas Klöden se había retirado para entonces. Son datos, sin más, pero nos orientan por donde pueden ir las cosas. Una contrarreloj de 52 kilómetros es algo más que una etapa en el Tour.
Entre los corredores españoles hay que hablar de Carlos Sastre, que no lo hizo nada mal hace un año. Landis le sacó 1:08, después de tener que trabajar para Basso, en 55 kilómetros pero en 19 sólo le sacó 30 segundos. El gallego Oscar Pereiro perdió 1:23 e Iban Mayo 5:45. Haimar Zubeldia, quien suele hacer buenas contrarrelojs, se conformaría con perder «un minuto y medio con el ganador». Mayo se sitúa él mismo «en torno a los tres minutos». Las cosas comienzan a ponerse serias en este Tour.