Pocos personajes en la historia del balompié nacional han sido capaces de manejar la polémica con tan sorprendente naturalidad como Javier Clemente . Tan sólo un mes y medio después de salvar milagrosamente la categoría con el club que le catapultó como entrenador, y cuando ya se encontraba realizando, junto a una parte de la plantilla rojiblanca, la tradicional concentración veraniega, el baracaldés se encontró, por sorpresa, con la amarga notificación de su cese como preparador del Athletic. Su crítica a la política de fichajes y, en concreto, a la última incorporación del equipo, el joven Javier Martínez, han precipitado su destitución. «La decisión es exclusiva del presidente», explicó Clemente. «Me ha vendido injustamente a unos intereses mediáticos, su buen trato en el futuro a cambio de echarme a mí», analizó el profesional de los banquillos, quien a continuación resumió: «Me ha cambiado por unas páginas de periódico».