Violeta es gimnasta; «una gran gimnasta rítmica» con varios trofeos, puntualizó ayer Severino Yago, tío de la menor y primer teniente de alcalde de Torrent. Su sobrina estaba fuera de peligro, pero al edil le preocupaba que le quedaran secuelas que le impidieran reanudar su pasión deportiva. No parece que sea el caso, pues su recuperación será rápida.
La afición le viene a Violeta de familia. Su padre jugaba al fútbol en el equipo del municipio y la madre también practicaba gimnasia rítmica. Ella ha corrido peor suerte que Violeta, puesto que está sumida en un coma profundo, aunque estabilizado.
La hija, en cambio, evoluciona favorablemente. Severino Yago confesó que no sólo le gusta la gimnasia, sino el atletismo y el fútbol sala. Dedica doce horas semanales al deporte, pero eso no le ha impedido obtener unas calificaciones inmejorables. También es hincha del equipo de fútbol del Valencia y lo ha acompañado en los partidos internacionales. No faltó, por ejemplo, a la final de la Supercopa de 2004, que se disputó en Mónaco.
Su tío asegura que también le gusta cantar y bailar, pero mucho más competir. En particular, con los conjuntos de gimnasia en los que puede compartirlo todo con sus amigas. Ayer estuvieron pendientes de ella. Había sufrido una fuerte conmoción cerebral, pero no sólo recuperó la consciencia, sino que también pudo pronunciar algunas palabras. «Se puso muy nerviosa y se quería ir, aunque se tranquilizó al ver a su padre», confesó su tío.
La tragedia «nos ha tocado a todos de una u otra forma», aseguró el concejal. La lista de víctimas se ha repartido entre todos los barrios de Torrent: el Ensanche, el barrio del Convento, el Vedat Y ha golpeado a todos los grupos sociales y de edad. Las víctimas tenían entre 26 y 68 años; la mayoría eran trabajadores y pequeños empresarios.
Varios fallecidos pertenecían a familias muy conocidas que participaban en asociaciones vecinales. La capilla ardiente instalada en el parque central no sólo estaba atestada de familiares, sino de vecinos conmocionados por la pérdida de amigos. La Corporación aseguró que era la peor tragedia que ha sufrido Torrent desde las epidemias de cólera de principios de siglo XIX.