Kenneth Lay, fundador de Enron, ha fallecido de un ataque al corazón en su casa de Colorado a los 64 años. Lay fue declarado culpable hace unas semanas de los seis cargos de conspiración y fraude que se le imputaban después de llevar a la compañía y a sus inversores a la quiebra.
Lay y su sucesor, Skilling, afrontaban seis y 28 cargos, respectivamente, relacionados con conspiración, fraude y maniobras financieras para ocultar las perdidas y exagerar los beneficios de Enron, considerada la séptima mayor empresa de EEUU, con el fin de atraer el dinero de los inversores. Ambos se encontraban a la espera de la sentencia.
En 1986, Kenneth Lay asumió la presidencia y dirección ejecutiva de la entonces pequeña compañía de gas Enron. En la década siguiente, Enron multiplicó por nueve su capitalización en el mercado, convirtiéndose en la séptima compañía más grande de EE.UU. y la comercializadora de energía más poderosa del mundo, con oficinas en 40 países y más de 20.000 empleados.
Se cree que el ex presidente y director ejecutivo logró vender la mayor parte de sus acciones en los últimos tres años antes de la quiebra por un valor estimado en 100 millones de dólares, al mismo tiempo que incitaba a los empleados a continuar comprando acciones.