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Martes, 4 de julio de 2006
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Una grieta en el tanque de combustible pone en peligro la misión del 'Discovery'
Podría causar un desprendimiento del aislante como el que provocó la tragedia del 'Columbia' en 2003
Una grieta en el tanque de combustible pone en peligro la misión del 'Discovery'
TENSA ESPERA. Una tortuga se dirige hacia el 'Discovery', en Cabo Cañaveral. / REUTERS
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VUELO ACCIDENTADO
La STS-114, la última misión del 'Discovery', tuvo en julio de 2005 los mismos objetivos que la de ahora: llevar provisiones hasta la Estación Espacial Internacional (ISS) y probar sistemas de inspección y reparación del transbordador.

El 13 de julio de 2005, una avería en un sensor de combustible obligó a suspender el lanzamiento sólo dos horas antes de la fijada. El transbordador despegó al final el 27 de julio, aunque los técnicos de Houston no dieron con la causa del fallo del sensor. Un día después, tras constatar que durante el lanzamiento se habían desprendido trozos de revestimiento del tanque de combustible, la NASA suspendió indefinidamente los vuelos.

El 'Discovery' atracó sin problemas en la ISS, en la primera visita de un transbordador desde finales de 2002. Los astronautas descubrieron durante un paseo espacial abolladuras en el blindaje, pero consideraron que no había riesgos. Después, los técnicos de la NASA detectaron, en fotos tomadas desde la estación, dos protuberancias en las losetas bajo el morro que podían poner en peligro la integridad de la nave en la reentrada.

Steve Robinson viajó el 3 de agosto en el brazo robot de la estación hasta la panza del transbordador y arrancó el material de relleno que sobresalía entre las losetas. «Parece que este gran paciente está curado», dijo el astronauta. La nave aterrizó en California, a las 14.11 horas del 9 de agosto. Los astronautas habían reparado en vuelo lo que parecía una grave avería; pero el desprendimiento de trozos de 'foam' durante el despegue no se había solucionado.

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Una grieta en el revestimiento del tanque de combustible externo del Discovery podría retrasar el inicio de la segunda misión de un transbordador espacial despues de la tragedia del Columbia, el 1 de febrero de 2003. El lanzamiento, programado en principio para la noche del pasado sábado, se suspendió ese día y el domingo por el mal tiempo. El tercer intento, previsto para hoy -fiesta de la Independencia en Estados Unidos-, pende ahora de un hilo.

El desprendimiento de un trozo de foam del tanque de combustible durante el despegue causó, hace tres años y medio, graves daños en el blindaje del Columbia. Los desperfectos abrieron una grieta en el escudo de losetas de la nave y ésta se desintegró sobre Texas durante la maniobra de reentrada, cuando el casco soporta temperaturas superiores a los 1.400 grados centígrados. Los siete astronautas que iban a bordo murieron en un accidente equiparable al del Challenger, ocurrido durante el despegue el 28 de enero de 1986.

La brecha descubierta ayer fue causada por la formación de hielo, según John Shannon, subdirector de la NASA. Tiene unos 12 centímetros de largo y entre 3 y 6 milímetros de ancho, y se encuentra en la espuma que cubre un soporte que conecta la tubería de oxígeno líquido con el tanque de combustible externo, el gran depósito anaranjado con capacidad para 2 millones de litros.

La localización de la avería garantiza que, si un trozo de espuma se desprende durante el lanzamiento, choque contra la nave.

El pedazo de aislante que causó la tragedia del Columbia, en el que era el vuelo 113 de un transbordador, pesaba unos 680 gramos y abrió en el frente del ala izquierda una brecha de entre 15 y 25 centímetros. Shannon dijo ayer que, a causa de «la pequeña grieta» del tanque del Discovery, se había desprendido ya un trozo de espuma de unos 20 gramos de peso que no habría causado daños de caer durante el despegue. «No habría representado peligro alguno si se hubiera desprendido en pleno vuelo del transbordador, ya que tiene la mitad del tamaño que hubiera sido peligroso».

A pesar de eso, los técnicos iban a seguir ayer estudiando el problema hasta tomar una decisión definitiva sobre el lanzamiento. «Hay que ver si se han causado más daños; si, pese al trozo que se ha desprendido, sigue quedando aislamiento aerotérmico suficiente en la zona del fallo; y que no se volverá a formar hielo, entre otras cosas».

En Houston temen tanto un desprendimiento de foam que dañe el blindaje de la nave como que en la grieta se forme hielo que la agrande o que ese hielo se precipite sobre el Discovery durante el lanzamiento. Dada la órbita de la Estación Espacial Internacional (ISS), la NASA tiene margen hasta el día 19 para que el transbordador parta de Cabo Cañaveral hacia el complejo orbital. La NASA maneja dos posible soluciones. La primera consiste en arrancar desde la torre de lanzamiento el trozo de revestimiento que podría caer sobre la nave durante el despegue.

La segunda es hacer reparaciones en la zona para garantizar la integridad del foam.



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