La primera semifinal enfrenta a Alemania e Italia, las dos selecciones más laureadas de Europa. Se trata de dos equipos que no renuncian al fútbol viril, de contacto, pero que también están capacitados para realizar un juego más vistoso de desmarques, pases milimétricos y remates espectaculares. Es además un duelo con historia. Estos dos conjuntos ya han jugado grandes enfrentamientos, incluida la final del Mundial de 1982, y antes de la Copa del Mundo, Italia ya goleó a Alemania en un partido amistoso que casi le cuesta el puesto a Klinsmann.
Todo parece indicar que será una eliminatoria muy igualada. Ambas selecciones están jugando con mucha sobriedad y van mejorando con el paso de las jornadas. Alemania, empujada por su afición, tratará de llevar la iniciativa apoyada en la movilidad de Klose y Podolski, dos jugadores que pueden causar muchos problemas por bajo a los centrales italianos. Sin embargo, Klinsmann podría acusar la baja de Frings en un partido tan decisivo. Pero Alemania no lo tendrá fácil. Los italianos son grandes competidores y saben defender muy bien, que no es lo mismo que acumular muchos defensas. De hecho, sólo ha recibido un gol en los últimos cinco partidos y eso que le disparan una vez cada cinco minutos. Por eso, bajo la batuta de Pirlo, tratará de replegarse para salir rápidamente al contragolpe. El centrocampista del Milan, sin embargo, se encontrará con Ballack en su parcela del campo y, en este sentido, será interesante ver si Lippi coloca a Gattuso en esa posición para dar más libertad a Pirlo.
Con todo, lo que está claro es que será un partido muy reñido, una semifinal que puede señalar al campeón. Tras los últimos resultados, Alemania llega repleta de moral y con la presión ambiental a su favor. Sin embargo, la competitividad italiana puede causar más de un disgusto a los germanos.