Israel dio ayer un nuevo paso en su ofensiva contra Hamas con una vasta operación de arrestos que comprende la detención de unas ochenta personalidades y figuras políticas de la organización fundamentalista en Cisjordania.
Entre los detenidos figuran ocho ministros -la tercera parte del Gabinete- y una veintena de diputados, además de otros notables de la organización, incluidos varios alcaldes, que en su conjunto constituyen la cúpula de Hamas en Cisjordania. Cinco de los ministros fueron detenidos en el mismo hotel de Ramala de madrugada. El recepcionista explicó que llegaron los soldados, le exigieron la lista de los huéspedes, fueron a sus habitaciones y se los llevaron a punta de pistola.
Según el viceprimer ministro Simon Peres, todos ellos serán llevados ante los tribunales y procesados en su condición de miembros de una «organización terrorista». La acción del Ejército se inició tras obtener la luz verde del primer ministro Ehud Olmert, quien, según los analistas hebreos, desea decapitar a Hamas para forzar su salida del Gobierno tras la diáfana victoria que obtuvo en la urnas en las pasadas elecciones de enero.
Israel pretende allanar el camino para que Abbas anuncie cuanto antes que el caos que reina en los territorios ocupados ha llegado a su límite y se ve obligado a formar un Ejecutivo distinto puesto que el actual es incapaz de gobernar. Abbas se muestra proclive a aprovechar la ocasión que le brinda Israel para deshacerse de los integristas, aunque las circunstancias, quizás, le obliguen a aplazarlo a fin de no aparecer ante la opinión pública como alguien que actúa en connivencia con Israel, lo que tendría efectos negativos para él en el escenario palestino.
También se dice en su entorno que la inmensa mayoría de altos funcionarios de Al Fatah son quienes más le están presionando para que forme un Ejecutivo de emergencia y que el 'rais' insiste en la necesidad de esperar para poder presentar su decisión como «inevitable», consecuencia del caos que sin duda representa el descabezamiento fundamentalista en Cisjordania y su paso a la clandestinidad en la franja de Gaza.
La ofensiva contra la Franja se centró ayer en el norte, en las localidades de Beit Lahiya y Beit Hanun, donde viven decenas de miles de palestinos y cuyos alrededores fueron bombardeados sistemáticamente por la artillería y la marina.
Según el propio Ejército, sólo hasta las cuatro de la tarde la artillería había disparado más de 150 obuses contra la zona. El bombardeo se escuchó perfectamente durante todo el día desde la ciudad de Gaza, donde la aviación bombardeó el campo de deportes de la Universidad Islámica y un vehículo donde viajaban milicianos de Yihad Islámica que lograron huir. En Jan Yunis destruyó una carretera.
En el norte, la aviación arrojó octavillas sobre Beit Hanun y Beit Lahiya exigiendo a la población que abandonara sus casas, pero sólo una veintena de familias huyeron. La inmensa mayoría se aferraron a sus lugares de origen teniendo muy presente lo que ocurrió en 1948 cuando cientos de miles de palestinos fueron expulsados de sus pueblos y nunca se les permitió regresar.
El Ejército tenía pensado invadir anoche el norte de Gaza pero Ehud Olmert ordenó que la invasión se aplazara a petición de Egipto. En la zona, que es desde donde las milicias disparan cohetes artesanales contra Israel, hay cientos de milicianos que por la noche salen a las calles con sus armas ligeras para hacer guardia.
Propuesta de Hamas
Por otra parte, el movimiento de resistencia palestina Hamás está dispuesto a alcanzar un «acuerdo condicionado» para la entrega del soldado israelí «lo antes posible», aseguró el presidente egipcio, Hosni Mubarak.
En una entrevista publicada en el periódico al Ahram, el mandatario egipcio comentó, sin embargo, que aún no se ha alcanzado un acuerdo sobre este asunto con la parte israelí.
Según el diario, el presidente egipcio ha realizado una intensa ronda de llamadas telefónicas a diferentes líderes para «alcanzar rápidamente una solución pacífica al conflicto entre Israel y Palestina y en especial al problema del soldado secuestrado».
Mubarak ha mantenido contactos con dirigentes de Hamás, cuya identidad no ha sido revelada, con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas, con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, el presidente sirio, Bashar Al Asad y el presidente francés, Jack Chirac.
«Mubarak ha realizado personalmente un duro esfuerzo hasta últimas horas (del día) para evitar que ocurra una catástrofe», asegura el diario.