El equipo B de la selección alemana está integrado, al igual que el combinado de Klinsmann, por 23 personas y cada vez que los germanos disputan un partido, está presente en el estadio con un uniforme que pretende enviar una señal de cercanía. Son las esposas y novias de los nuevos héroes del país, un grupo de 23 mujeres que están consideradas por el técnico anfitrión como un factor clave para la victoria.

El sábado pasado, el equipo B estaba en Múnich. Como en los otros tres partidos, lucían una camiseta diseñada por Petra Frings, la esposa del medio campista, que lleva la palabra 'Germany' pintada con los colores de la bandera en la parte delantera.

No fue todo. Cuando sonó el himno, las esposas y novias de los futbolistas imitaron el gesto de unidad que presenta el equipo en el campo; el selecto club femenino se unió en un abrazo colectivo que pretendía reflejar, desde la tribuna, el espíritu de grupo que impera en el combinado.

«Desempeñan un papel decisivo en el gran puzzle diseñado para tener éxito en el campeonato», dijo Klinsmann, al referirse a la importancia que tiene el equipo B. Aunque las esposas y novias no viven en el lujoso hotel que ocupa la selección en Berlín, cada vez que puede, el seleccionador abre las puertas de la fortaleza a las mujeres de los futbolistas. A veces, el permiso dura hasta el desayuno del día siguiente y tampoco faltan cuando el técnico decide hacer un paréntesis festivo.

«Su cercanía sirve para crear una atmósfera positiva y relajada», explicó Klinsmann a un periodista que quiso saber los motivos de su generosa actitud. Pero el seleccionador no reveló que la presencia del 'equipo B' en los estadios y su cercanía con sus esposos y novios obedece a una estudiada estrategia diseñada varios meses antes del inicio del torneo.

En Cerdeña

El inédito concepto familiar de Klinsmann se puso en marcha cuando Alemania viajó a Cerdeña para iniciar su preparación. Durante una semana, los jugadores estuvieron con sus esposas, hijos y novias. A partir del 9 de junio, el 'equipo B' se trasladó a Berlín, por donde se las puede ver pasear junto a los futbolistas. «Después de cada partido la familia siempre está con nosotros y nos causa un gran alivio y satisfacción», aceptó Frings.

De hecho, la Federación no dejó nada al azar. Euro LLoyd, su compañía viajes, designó un equipo especial para organizar el desplazamiento de las mujeres y novias a los diferentes estadios donde ha jugado la selección y diseñó un programa turístico cultural para su estadía en Berlín.

Tras el triunfo sobre Suecia, Klinsmann abrió de nuevo las puertas de la fortaleza de Berlín al equipo B y permitió que los jugadores viajaran a sus domicilios. El permiso se acaba hoy a las 20:00 horas.