El presidente del Recreativo de Huelva, Francisco Mendoza, se enfrentó el año pasado a una situación similar a la que vive ahora su homólogo cadista. El Recre se quedó en Segunda y su mejor jugador, el nigeriano Uche, era pretendido por varios equipos de Primera, entre ellos el Cádiz. En un principio, el presidente onubense quiso venderlo al mejor postor, pero al cobrar una deuda el club dejó de tener problemas económicos y se negó a traspasarlo. ¿Ni por cinco millones de euros! Era un jugador muy querido por la afición y sería la piedra angular sobre la que se cimentaría el ascenso.
Como ahora Sesma, el futbolista presionó de todas las maneras. Incluso no jugó los primeros partidos ligueros por una depresión al no haberse ido. pero después realizó una pretemporada sobresaliente, siendo el segundo máximo goleador de Segunda y llevando a su equipo adonde él quería, a Primera. Una apuesta arriesgada de Mendoza que no le pudo salir más rentable. Además, ahora su precio se ha disparado.