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Sábado, 24 de junio de 2006
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Choques entre chiíes y suníes obligan a decretar el toque de queda en Bagdad
La oración de los viernes vuelve propiciar atentados cruzados entre las dos comunidades religiosas de Irak
Choques entre chiíes y suníes obligan a decretar el toque de queda en Bagdad
Reclusos iraquíes abandonan la prisión de Abú Ghraib tras ser excarcelado. / EFE
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El Gobierno de Irak impuso ayer el toque de queda diurno en Bagdad después de un combate callejero entre insurgentes suníes y milicianos chiíes. La medida, que estará en vigor desde las 14.00 a las las 21.00 horas, no se había adoptado desde el pasado día 14, cuando las autoridades lanzaron un plan de seguridad intensivo para la capital, que moviliza a más de 50.000 efectivos pero que no ha logrado contener la violencia. Por primera vez en meses, integrantes del llamado Ejército del Mehdi, apoyados por fuerzas de seguridad, se enfrentaron a presuntos terroristas. Según fuentes oficiales, todo comenzó cuando un convoy de seguidores del joven clérigo radical Moqtada al-Sadr se dirigía a la mezquita Buratha, en el centro de la ciudad, donde el viernes pasado un atentado suicida dejó once muertos. Al llegar a la calle Haifa, un feudo suní, el grupo fue atacado con un proyectil antitanque. Cuatro milicianos chiíes murieron y ocho de sus vehículos resultaron incendiados. Las fuerzas de seguridad también fueron atacadas al llegar al lugar y un policía fue herido. El tiroteo prosiguió hasta que el Ejército iraquí acordonó el sector y helicópteros estadounidenses sobrevolaron la zona. Los rebeldes incluso consiguieron establecer puestos de control en diferentes puntos de ese área durante varias horas.

Cada viernes

Este tipo de choques ocurren todos los viernes, día en que decenas de miles de fieles suníes y chiíes se dirigen a los templos para acudir a la plegaria del mediodía. Fuera de Bagdad la situación fue más sangrienta. Al norte de la capital, doce fieles murieron y veinte resultaron heridos por una bomba escondida en un cubo de basura de las proximidades de una mezquita suní de la localidad de Hibhib, donde también se realizaban las plegarias del viernes.

Fue precisamente cerca de Hibhib -a ocho kilómetros al norte de Baquba, capital de la provincia de Diyala-, donde la aviación estadounidense lanzó el bombardeo que el día 7 mató a Abú Musab al- Zarqaui, jefe de Al-Qaida en Irak. Además, el Ejército estadounidense informó de la muerte de cinco de sus soldados, cuatro en ataques de la insurgencia y el quinto en un accidente. Dos de los uniformados perdieron la vida en la explosión ayer de una bomba al paso de su vehículo militar en un área del sureste de Bagdad.



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