El Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad Físisca y Sensorial, CRMF, de San Fernando celebró ayer, tras casi 30 años de dura labor, su primer encuentro de antiguos alumnos. El desarrollo del evento permitió a más de 150 jóvenes intercambiar impresiones acerca de la dura rutina que las condiciones de la sociedad actual han impuesto a las personas aquejadas de alguna discapacidad.
La convivencia comenzó a primera hora de la mañana y se extendió hasta bien entrada la tarde. El programa permitió que los asistentes disfrutaran de horas de ocio y esparcimiento gracias las actuaciones musicales programadas y al establecimiento de tertulias.
Uno de los grandes atractivos de la reunión fue una charla coloquio en la que varios ex alumnos expusieron ante un auditorio abarrotado de estudiantes sus experiencias en el centro y su posterior consecución de un empleo, algo que insufló grandes dosis de ánimo a los asistentes.
De esta forma, Loli Arredondo, ex alumna del centro, detalló a la audiencia que su paso por el CRMF le permitió dedicarse con éxito a la enseñanza de disciplinas informáticas a pesar de tener que permancer en una silla de ruedas. «El centro es una puerta hacia la formación y la integración laboral, por lo que ofrece grandes oportunidades al colectivo de discapacitados», opinó Arredondo, que detalló que la confluencia de rostros nuevos y conocidos en este tipo de eventos suponía «una inyección de vitalidad para cualquier persona».
Pepi Gálvez, artista y ex alumna del centro, también consideró decisiva su formación en el recinto durante su intervención. «Mis monitores me enseñaron a hacerme fuerte para poder adaptarme a la sociedad que me ha tocado vivir debido a mi minusvalía», señaló Gálvez. El momento más emotivo del encuentro tuvo lugar durante la conferencia de Javier Romanach, un reconocido informático que quedó tetraplégico hace 15 años a consecuencia de un accidente de tráfico.
Romañach ofreció a los asistentes un vitalista discurso acerca de la aceptación de las distintas minusvalías. «La sociedad se ha esforzado por hacer entender a los minusválidos que son personas defectuosas cuando lo único que está estropeada es la propia sociedad». De esta forma, el conferenciante aclaró a los participantes que las discapacidades no deberían suponer ninguna traba para desarrollar una vida normal. Romañach aseveró que las administraciones son las únicas responsables de facilitar esta meta mediante modificaciones de la ley vigente y la eliminación de barreras arquitectónicas.