El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, y el portavoz de la formación nacionalista, Iñigo Urkullu, se reunieron ayer con al menos un alto dirigente de Batasuna. El encuentro se produjo en la sede central del partido en la capital vizcaína de manera discreta, lo que no disminuyó su carácter de desaire a las resoluciones del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional y del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que niegan a la formación ilegalizada capacidad de intervenir en la vida pública.
El pasado lunes, Imaz anunció sin precisar dato alguno que la reunión se produciría, dentro de una ronda de encuentros «preparatorios» que el partido mantiene con todos las formaciones vascas, excepto el PP, para discutir la metodología y la agenda de una futura mesa de partidos para la normalización política de Euskadi.
La cita de ayer estuvo marcada por la discreción para evitar la presencia de los medios de comunicación. La existencia del encuentro no se difundió hasta que hubo acabado.
Fin de la extorsión
Según fuentes del PNV, Imaz y Urkullo trasladaron al líder abertzale la exigencia de que acabe la extorsión a los empresarios vascos y cualquier expresión de violencia; a cambio, se ofrecieron a acompañar a Batasuna en su tránsito a la legalidad y a facilitar su presencia en la mesa de partidos.
Al margen de la versión oficial, fuentes próximas a los reunidos indicaron que el presidente del PNV exigió a Otegi, el «cese total e inmediato» de «cualquier expresión violenta», con especial mención a la «extorsión» a empresarios vascos denunciada en las últimas fechas por la patronal navarra.
El líder nacionalista se comprometió a cambio a «acompañar» a Batasuna en su tránsito y vuelta a la legalidad para que pueda participar en las próximas elecciones locales y forales de 2007 y pueda asimismo sentarse con el resto de formaciones en la mesa de partidos para la normalización que podría constituirse en Euskadi tras el verano.
Por su parte, Otegi reclamó una postura «más contundente y beligerante» del PNV para hacer frente a «la ofensiva judicial y política» que padece la izquierda abertzale y cuyo último exponente tuvo lugar ayer con la detención de doce históricos militantes acusados de integrar la red de extorsión de ETA.
En las próximas semanas, si nada lo impide, se producirá una reunión similar entre una delegación de Batasuna y la cúpula del Partido Socialista de Euskadi. El Foro de Ermua, una vez admitida a trámite su querella, anunció que presentaría iniciativas similares contra todo aquel que se reúna de manera oficial con dirigentes de la formación ilegalizada.