-¿Cómo se aficionó?

-Pues mi historia comienza con sólo diez años cuando empecé a nadar en el Club Nazaret. En aquel tiempo, para poder bañarte en la piscina olímpica necesitabas realizar una prueba y así tener permiso para entrenar en dicha piscina.

-Y supongo que hizo bien la prueba...

-Decidí probar suerte para conseguir el permiso y dio la casualidad que coincidí con Manolo Mestre. Él me vio nadar y justo al acabar la prueba, me ofreció pertenecer al equipo del Club Nazaret. Se puede decir que sí que me fue bien ese día.

-Y no ha parado de nadar...

-Pues sí, desde entonces no he parado de nadar, de pasar por las diferentes categorías y de entrenar por las tardes en el equipo de waterpolo. La verdad es que eran otros tiempos. Hay algo que todavía me empuja a seguir nadando cada día. No sabría explicarlo pero te enganchas a este mundillo.

-¿Han cambiado mucho las cosas desde sus inicios?

-La verdad es que han cambiado mucho las cosas. Antes empezábamos de cero, ya que podíamos entrenar muy poco en piscina. Terminábamos con muy buenas marcas un verano, pero al empezar otro subían mucho los tiempos. Recuerdo que la única piscina cubierta de toda Andalucía estaba en Sevilla.

-Ahora todo es diferente, incluso la afición...

-En la actualidad hay muchas más piscinas y se puede entrenar con regularidad. Este aspecto es fundamental para cuidar tus propias marcas y seguir evolucionando. En cuanto a la afición hay mucha. Parece que este tipo de deportes es minoritario pero hay mucha gente.

-¿Qué es lo más duro a la hora de afrontar una competición?

-Sin duda, hay que estar muy concentrado. Tienes que interiorizar lo que quieres hacer y tener la cabeza muy bien amueblada porque una vez que te tiras al agua, te encuentras solo. Aunque tengas a una legión apoyándote fuera.

-¿Qué gran triunfo en el Máster de Andalucía?

-Fue un fin de semana muy bonito para todos. Es un premio para todo el Club Natación Jerez, pero no nos vamos a conformar e iremos a tope a por el de España en Pamplona dentro de un mes.