Amén de que puede ser su último partido con su selección si pierde y Ghana se impone a Estados Unidos, Pavel Nedved se enfrenta hoy a cinco compañeros del Juventus y a un fútbol que le ha acogido desde hace diez años. El capitán checo juega hoy contra sí mismo y podría convertirse en verdugo del país que le ha permitido formar parte de la elite del fútbol mundial. No sería el primero. Maradona ya lo hizo en el 90. En el último de Corea y Japón, un surcoreano desconocido, Ahn fue despedido por el presidente del Peruggia, Luciano Gaucci, después de marcar el tanto que eliminó a los italianos.

Pero nostalgia aparte este encuentro puede provocar el adiós de la primera grande. A Italia le basta un empate para pasar de ronda, pero si vence Ghana a Estados Unidos, los africanos serían primeros y el rival de los europeos sería Brasil. Si gana Chequia, Italia podría decir adiós.