Marcos César Días Castro, conocido por 'Paquetá' en honor a la isla brasileña donde nació hace 47 años, no tenía reputación internacional hasta que logró un hecho inédito: conquistar en el mismo año 2003 como seleccionador de Brasil los Mundiales Sub'17 y Sub'20. Y en ambos casos, en los Emiratos Árabes Unidos y en Finlandia, tras derrotar en la final a España por 1-0.

Discreto y considerado más un «educador» que entrenador, cogió las riendas del combinado de Arabia Saudí poco antes del Mundial, tras la extraña destitución del argentino Gabi Calderón. Confía en que su equipo, que ya está casi eliminado, lave su imagen el viernes ante el equipo de Aragonés.

-Antes de empezar la competición dijo estar confiado en que el choque ante España no sería el último de su selección en este Mundial. Después de lo visto, un mal vaticinio...

-Estaba convencido de poder lograr la clasificación. Ahora, la realidad es diferente. Se nos escapó en el último segundo el triunfo ante Túnez y frente a Ucrania nos pasó lo mismo que a ellos ante España, que nos marcaron dos goles al principio y otro al arrancar la segunda parte. Pero en el fútbol siempre hay sorpresas. España ya ha hecho los deberes y la esperanza sólo se pierde con la muerte.

-¿En qué fundamentaba su optimismo?

-Lo estábamos haciendo muy bien todo y no había por qué temer a nadie. Salvo algunos elegidos que están por encima, el resto de jugadores son muy parecidos. Las barreras en el fútbol son muy pequeñas y siempre he dicho que hay jugadores saudíes que, por su técnica, podrían jugar con Brasil.

-¿Tiene algo que reprochar a su gente en este Mundial?

-No. Estoy contento con la actitud y la disposición del equipo. Mis jugadores lo intentaron siempre. Ante España tendremos que jugar con la máxima concentración y defender mejor las acciones a balón parado.

«España se merece más»

-¿Qué sabe de España?

-La conocemos muy bien. En Arabia Saudí televisan casi todos los partidos de su Liga. Tiene un nivel muy bueno, aunque también parece que le falta algo. Históricamente, ha merecido más de lo que ha conseguido. No tiene nada que ver lo que consiguen los equipos inferiores con los logros de la absoluta. Algo falla.

-Le traerán buenos recuerdos los españoles.

-Sí, tengo suerte contra España. En 2003 era el máximo responsable de las selecciones inferiores de Brasil y en apenas cinco meses vencimos a España las finales de los Mundiales sub'17 y sub'20. Todo salió bien, pero demostraron que tenían muy buenos jugadores.

-¿Qué futbolista español destacaría?

-Todos son de gran nivel, pero me encanta Cesc desde que nos enfrentamos a ellos. Tiene visión de juego, buen toque y piensa muy rápido. Puede organizar y jugar más arriba (en ese Mundial sub-17 el todavía azulgrana fue declarado mejor jugador, además de ser el máximo goleador). En este Mundial, Torres está enrachado. Pero insisto en que todos son buenos.

-Llegó al cargo a mediados de diciembre para sustituir al argentino Calderón, destituido después de clasificar a Arabia Saudí al Mundial. ¿El de entrenador es un puesto con especial riesgo en ese país?

-No sé lo que ocurrió con Calderón y por qué tuvo que marcharse tras cumplir el objetivo. ¿Un banquillo con más presión? La presión es positiva porque te hace comprender mejor dónde te encuentras. El Mundial era una meta muy importante porque se buscaba dar un salto de calidad.

-Es cristiano, sin embargo, ¿es cierto que utiliza el Corán para motivar a sus jugadores?

-Los futbolistas saudíes tienen fe en Alá, consideran que todo lo puede y todo lo hace, que siempre premia al perseverante y al que no es presumido. Los mensajes del libro sagrado de los musulmanes les calan en lo más profundo.