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Domingo, 18 de junio de 2006
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ESPAÑA
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Los catalanes celebran hoy el referéndum del 'Estatut' contaminado por el adelanto electoral
El resultado de la consulta tendrá repercusiones en las direcciones del PSC y de Esquerra Republicana La polémica en torno al mensaje institucional de Pasqual Maragall domina la jornada de reflexión
Los partidos catalanes están con el alma en vilo, unos más que otros, por los resultados del referéndum del 'Estatut', que se celebra hoy. La campaña debía centrarse en un texto que, según los partidarios del 'sí' (PSC, CiU e ICV) supone un gran avance en el autogobierno de Cataluña y un paso en el reconocimiento de su identidad «nacional»; según ERC no mejora nada, y para el PP impone un modelo social de izquierdas y acaba con la igualdad entre españoles. Todos se comprometieron a ello. En la práctica, sin embargo, el tema de debate ha sido otro. Con la aprobación del proyecto asegurada, los resultados determinarán el futuro de los candidatos, sobre todo, del PSC y ERC.

Nadie pronosticaba cuando el texto autonómico salió del Parlamento catalán el pasado 30 de septiembre que las cosas adquirirían este cariz. El acuerdo entre José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas y la decisión de los independentistas de asumir el 'no' rotundo de sus bases a una reforma de la que fueron copartícipes ha acabado por salpicarlo todo. Pasqual Maragall se vio forzado a romper el tripartito. Y con el horizonte de una próxima contienda electoral es difícil pedir a los políticos que se olviden de sí mismos y expliquen a la ciudadanía cómo les afectará una norma en la que han trabajado más de dos años.

El PSC ha demostrado escasa voluntad por soterrar el debate en el que está sumido: si su candidato a la presidencia de la Generalitat volverá a ser, pese a todo lo que ha llovido, Pasqual Maragall, o si tomará el relevo el secretario general del partido y ministro de Industria, José Montilla. Los votos a favor del 'sí' y la participación que se logre este domingo tendrán un peso específico en la balanza. Cabe interpretar que, si el ex alcalde de Barcelona recibe el espaldarazo de sus electores, será difícil ejecutar un cambio que muchos socialistas consideran obligado.

El caso de ERC

La situación de ERC es diferente. Los independentistas no airean interioridades como el PSC, pero un bajo porcentaje de votos negativos -algunos dirigentes sitúan la barrera en el 30%- puede alterar su equilibrio interno. No en vano el presidente republicano, Josep Lluís Carod-Rovira, nunca quiso rechazar el Estatuto y el secretario general, Joan Puigcercós (que controla a las bases), fue quien defendió el voto nulo primero, y el 'no' después.

Esta semana, y a la vista de las encuestas que auguran un mal resultado al 'no', Carod fue tomando posiciones y en uno de sus mítines más concurridos -la movilización ciudadana ha brillado por su ausencia en esta ocasión- habló del posible triunfo del 'sí'; algo que no contentó en exceso al sector que encabeza el número dos del partido. «Sea cual sea el resultado -dijo en tono revelador- no será el día más difícil de nuestra historia».

El único que parece tener bien atados los machos es el presidente de CiU. Pero eso no le ha impedido caer en la tentación de pisar el acelerador y convertir esta campaña en la antesala de la que vendrá en unos meses. En esa clave habría que interpretar el hecho de que no participara en el acto conjunto de los partidarios del 'sí', al que acudió Jordi Pujol. Artur Mas -que contra todo pronóstico es el líder político más beneficiado por un proceso de reforma vivido desde la oposición- no ha ocultado, de hecho, que ya tiene la mente puesta en los comicios; algo evidente en sus mítines.

Josep Piqué tampoco se juega su liderazgo. Pero el referéndum servirá para medir el peso del PP, que es la cuarta fuerza política en Cataluña y sobre el que se ha construido -según él mismo, inmerecidamente, y según los demás con toda justificación- una imagen de antipatriota que le ha valido el boicot de elementos radicales. Algunos en la dirección del partido creen que los ataques sufridos por Rajoy y Acebes esta semana juegan a su favor. Otros sostienen que haberlos convertido en argumento de campaña ha sido un error que quizá 'venda' en el resto de España, pero que resulta contraproducente en Cataluña. Más después de que el resto de las formaciones catalanas hayan justificado lo ocurrido y hayan acusado a los populares de pretender «criminalizar» a toda la sociedad catalana como si viviera en un ambiente sin libertad.

El capítulo de las agresiones era la nota más llamativa hasta el pasado viernes, cuando llegó la polémica por el mensaje que lanzó Pasqual Maragall, y que dominó ayer la jornada de reflexión. En su mensaje, Maragall se dirigió a los catalanes para convocarles «a las urnas» y afirmó: «No tengamos miedo de decidir» el futuro de Cataluña. «Tenemos en nuestras manos, y os lo digo con franqueza, un paso de gigante como país. Ya sabéis cómo hemos tenido que esforzarnos para preservar nuestras instituciones», agregó.

El PP catalán adelantó que pondrá en conocimiento de la Junta Electoral Central (JEC) esta declaración del dirigente por entender que ha llamado a votar a favor del 'Estatut' en el referéndum, lo que ve «sancionable» porque «no ha atendido ninguna de las recomendaciones» de la Junta Electoral Central, que autorizó la emisión del mensaje en TV3 y TVE pese al PP, que pidió que lo evitara.



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