Abraham Paz fue el artífice del segundo gol tras transformar el penalti cometido a Enrique. Así, llevó la tranquilidad a un fondo abarrotado de cadistas que aquella tarde tocaron el cielo de Jerez. El portuense se quita méritos porque lo importante es que el equipo «respondió como se esperaba». Del penalti, comenta que tan sólo se dedicó a cumplir con su trabajo, «como uno más», dice para quitarse flores, las mismas que se quitó tras convertir el empate en el Juan Guedes de Las Palmas y que dio el ansiado ascenso a Segunda División.
Pero tras celebrar su gol, el defensa continuó trabajando. «Marqué el gol y seguí trabajando», recuerda para asegurar que en el equipo no existió ningún tipo de relajación.
Comenzó a ser consciente del ascenso a falta de 10 minutos para que el árbitro señalara el final del duelo. «Más que con la fiesta, lo que más me gusta recordar son los últimos diez minutos de partido porque fue cuando comencé a sentir que ya estábamos en Primera, entonces recordé todo el trabajo que había costado llegar hasta ahí», apunta.