En un juicio rápido, en el que sólo se pidió la participación testimonial de dos testigos, el joven Jonathan Morales López fue condenado ayer por la Sección Primera de la Audiencia a siete años de cárcel. El acusado reconoció haber apuñalado dos veces a un amigo de su ex novia, quien salió en defensa de esta chica y de su pareja en una pelea que se produjo en el barrio de La Viña, en Cádiz, durante los Carnavales del año pasado.
El condenado, que llegó esposado procedente de la cárcel, fue recibido con amenazas e insultos de los amigos de la víctima; lo que obligó a dos guardias civiles y a varios policías nacionales, que iban a actuar de testigos, a mediar para que no se iniciara un tumulto.
Ya en la sala de vistas, el acusado reconoció los hechos tal y como aparecen en el escrito de calificación del fiscal y su abogado rehusó llamar a ningún testigo ni tomarle declaración a las dos únicas personas que fueron llamadas ante el tribunal: la ex novia de Jonathan y una amiga de ésta, que además es la pareja sentimental de la víctima.
La primera confirmó que ya no mantenía ninguna relación con el detenido cuando ocurrieron los hechos y la segunda testigo corroboró que su pareja recibió dos puñaladas en el abdomen y en el tórax por defenderla.
La pelea se originó porque el acusado llevaba días insistiendo a su ex novia para que retomaran la relación. Y ante su negativa, la buscó una noche de sábado en La Viña, donde estaba con sus amigas. El chico inició una agria pelea con su ex pareja, que fue defendida por una de sus acompañantes. El agresor se marchó y regresó armado con un cuchillo, que clavó a uno de los chicos que estaban presentes.
La Fiscalía solicitó en un principio ocho años de cárcel y 9.000 euros de indemnización. Pero en el acuerdo alcanzado con la defensa ha rebajado un año de pena pero ha elevado la multa al doble: 18.000 euros. La condena no ha sido del agrado de la familia de la víctima, según explicó la madre del joven apuñalado, quien además pidió ayuda a las administraciones porque su hijo «tiene 23 años, se ha quedado sin trabajo, con importantes secuelas físicas y sin que alguien se haya preocupado por él».