Algunas razones por las que la Asociación de Padres de Familia Numerosa nos apoya. Dice el señor Cebrián que debe mirar por su futuro y el de sus hijos. Lo dice para justificar que tiene seis propiedades de protección oficial, a pesar de su elevado sueldo y extenso patrimonio. Les recuerdo que el señor Cebrián es el ponente de la controvertida Ley VPO, redactada, entre otras cosas, para «evitar que las viviendas de protección fueran objeto de inversión».
Entiendo que Juan Antonio Cebrián pretende dejar a sus hijos en herencia un capital en forma de locales comerciales en la mejor y más revalorizada zona de Córdoba. Es loable que un padre se preocupe por el apoyo material de sus hijos, y si yo tuviera el sueldo del señor Cebrián haría lo mismo.
Cebrián adquirió tales propiedades entre 2001 y 2005, y no eran de segunda mano. Esto es importante porque significa que el precio que Cebrián pagó era sensiblemente menor al precio de mercado, y por tanto tales inmuebles eran un arma para la redistribución de la riqueza en la sociedad. Es decir, que deberían haber ido a parar a alguien que las necesitase más que él.
Si Cebrián las hubiese adquirido antes de 1999 o de segunda mano estaríamos hablando de otra cosa, porque las habría comprado a un precio similar al de mercado, como hemos hecho todos los que hoy conformamos la Asociación para la Defensa de Propietarios de Viviendas de VPO, los mismos que hoy, sin embargo, nos vemos saqueados por los artífices de la ley, entre los que se halla precisamente Juan Antonio Cebrián.
Nosotros no adquirimos nuestras viviendas en una rifa, Cebrián sí. Nosotros compramos VPO para vivir, Cebrián aún no ha montado ningún negocio en ninguno de sus dos locales. Alguna familia podría haberse ganado la vida gracias a esos dos locales que hoy, aún en bruto, están en manos de un señor que cobra más de 3.500.000 euros al mes.
Para más INRI, Juan Antonio Cebrián es ponente de una ley que impide a otros, que no ganan 3.500 euros al mes, dejar su vivienda en herencia a sus hijos después de haber pagado la hipoteca durante media vida. ¿O acaso los que vivimos en VPO no tenemos hijos? Sí los tenemos, y por eso nos apoya la Asociación de Padres de Familia Numerosa.
Y ahora, pongámonos en el caso de aquellas familias que si necesitan vender su vivienda protegida para comprar otra. Imagínense una familia que hace 6 años compró una VPO de 60 m2 a un precio casi igual al de mercado. Y digo bien, a precio casi de mercado porque, insisto, hace 6 años la diferencia de precio entre VPO y renta libre era casi irrelevante y las VPO no se rifaban sino que se compraban. A eso también se le llama memoria histórica. Pues bien, ahora esta familia ya tiene un hijo y otros dos están en camino, así que hacen planes para cambiar a una vivienda mayor.
Según la Ley tienen derecho a una vivienda protegida de 120 m2 que no existe porque la Junta de Andalucía no ha hecho sus deberes y no han sentado las bases para que existan. El tiempo no es excusa porque la Junta de Andalucía tiene las competencias de vivienda desde hace más de 20 años. Sin embargo la Junta de Andalucía redacta la Ley VPO por la cual deben vender su actual vivienda por 64.000 euros, sin poder descalificarla y convertirla en una vivienda libre, mientras que la nueva, una de renta libre, les cuesta 254.000 euros, es decir que los gemelos les van a salir por 190.000 euros. A una familia sencilla y trabajadora, de las que normalmente compran las VPO. ¿Es esto justicia social? ¿Así es como se entiende la solidaridad? ¿Es éste el trato que se merecen las familias numerosas?
Y hay una razón aún más poderosa de porqué una asociación preocupada por la familia está con nosotros. Porque luchamos por el patrimonio democrático, y no sólo por el económico, que dejamos a nuestra descendencia. Estamos preocupados por la calidad de nuestra democracia, que ahora está en entredicho por leyes como la VPO que vulneran la seguridad jurídica y por personas como Cebrián que violentan las normas y legislan contra los ciudadanos de la manera más cínica posible.
Joaquín Galán, socio fundador de nuestra asociación y su mujer, Piti, son una referencia en la lucha por este patrimonio democrático. Ellos han podido descalificar su vivienda y a pesar de ello, siguen apoyándonos. Si les preguntas por qué te contestarán «¿Cómo no? ¿Qué mundo vamos a dejarles a nuestros hijos?»- Y de hecho, Joaquín y Piti llevan a sus hijas a las manifestaciones «para que aprendan a que en esta vida hay que pelear por nuestros derechos».
También nos ha inspirado María, cuyos padres se conocieron en la resistencia contra Franco, y que recoge de ellos el testigo. María ha jurado no descansar hasta que advierta que los gobernantes sirven a los ciudadanos en vez de servirse de ellos. Y Varguitas, que insiste en que pelea para poder contar a sus hijos con orgullo, que él se esforzó por una Andalucía mejor para ellos. Hoy ese espíritu ha impregnado a toda la asociación.
Me gustaría decirle al señor Cebrián que reflexione acerca de cómo su comportamiento está dañando el patrimonio democrático que deja a sus hijos: les está dejando una herencia de insolidaridad, de vergüenza política, de desprecio a sus (menos) iguales. Les está dejando como patrimonio un ejemplo de sálvese quien pueda, al menos económicamente, en un régimen que pide a gritos una regeneración ética.