Tiger Woods será sin duda la atracción del Open de Estados Unidos, segundo torneo de Grand Slam que se disputa en el campo neoyorquino de Winged Foot. El número 1 del mundo vuelve a la competición tras nueve semanas de descanso que se ha tomado tras la muerte de su padre, su gran amigo y mentor.
-Nueve semanas, es el periodo de tiempo más largo que ha estado sin jugar
-Desde que me hice profesional. Llevaba muchos torneos en el cuerpo, muchos compromisos en los últimos años y tenía ganas de tomarme un respiro. Después del Masters de Augusta, mi padre cayó gravemente enfermo y decidí estar con él hasta el final.
-¿Cómo ha vivido este período?
-La verdad es que ha sido increíble el apoyo que he recibido de mucha gente: fax, e-mails, llamadas de teléfono, cartas de apoyo de amigos, conocidos, fans Me ha llegado al corazón y me ha abierto los ojos en muchos aspectos. Han sido días muy duros para todos nosotros. El funeral fue muy emotivo y estoy seguro que a mi padre le encantó. Pero bueno, ahora estoy aquí y estoy seguro que a mi padre le gustaría que saliera ahí fuera, a dar espectáculo, lo mejor de mí y a ganar otro Major. Y es lo que voy a hacer.
-¿Cuánto tiempo ha estado sin tocar un palo de golf?
-Casi un mes.
-¿Lo ha echado de menos?
-Pues realmente no. No tenía muchas ganas de volver. Lo más duro ha sido volver a un campo de golf por todos los recuerdos que ello me trae de mi padre. Todo lo que sé de golf y de la vida lo he aprendido de él.
-Después de nueve semanas sin tocar un palo, ¿se siente preparado física y mentalmente para afrontar un grande como el Open de EE.UU?
-Sí es verdad que es el período de tiempo más largo que he estado sin competir. Cuando me operé de la rodilla estuve fuera de órbita seis semanas, pero volví y gané. Creo que cuando está preparado es el momento de volver. Mi padre era inflexible en eso. Me decía siempre, si estás preparado, sal y juega. También me decía que jugaba demasiados torneos seguidos. Siempre quiso que me tomara más tiempo para disfrutar de la vida, de la familia, de mis amigos.
-La última vez que jugó, en Augusta, hubo momentos en que parecía que quería partir el putter por la mitad. ¿Cómo está su putt ahora?
-Todavía entero. Este campo va a ser una dura prueba para mi putt porque los greenes son terroríficos. He practicado mucho con el putt, repasando viejos fundamentos, viendo algunos vídeos. Veremos qué ocurre.
-El domingo es el Día del Padre, ¿demasiadas emociones para volver en este torneo podrían afectar a su juego?
-Espero que no. Estoy aquí para jugar, para competir; he venido a ganar el torneo y toda mi energía fluye en ese sentido. No podré evitar acordarme de mi padre, lo sé. Pero, una vez más, seguiré sus consejos: «Si estás listo para jugar; sal ahí fuera y gana».