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LA FICHA
Alineaciones
El gol
Árbitro
Incidencias |
Alemania: Lehmann; Friedrich (Odonkor, 61'), Mertesacker, Metzelder, Lahm; Schneider, Frings, Michael Ballack, Schweinsteiger (Borowski, 77'); Klose y Podolski (Neuville, 71').
Polonia: Boruk; Baszcynski, Bosacki, Bak, Zewlakov (Dudka, 84'); Radomski, Sobolewski; Jelen (Brozek, 90'), Krzynovek (Lewandowski, 77'); Zuravski; y Smolarek.
1-0: Minuto 91. Neuville consigue el tanto de la victoria local 'in-extremis'.
Luis Medina Cantalejo (España). Amonestó a Ballack, Odonkory Metzelder por parte de Alemania; a Krzynovek, Boruk de Polonia, y expulsó al visitante Sobolewski.
Lleno total en el Westfalenstadion de Dortmund en el partido que inauguraba la segunda jornada del Mundial. |
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Alemania pura y dura. El primer partido de la segunda fase parecía condenado al empate a cero cuando una ráfaga germana en el descuento, de las muchas que hubo en el choque, permitió a Neuville disfrazar una preocupante falta de pegada. Su gol clarifica sobremanera las cosas en el grupo A: los anfitriones ya están en octavos y los polacos, con cero puntos, dejaron anoche media maleta hecha. La victoria, sin embargo, no despeja las dudas de la selección de Klinsmann, débil en defensa y muy necesitada de un capitán que sepa guiar el barco. Ballack, que debutó ayer en el Mundial, parece estar lejos de su mejor forma y su timón cambió de rumbo demasiadas veces. La embarcación germana sólo cogió vientos favorables en jugadas esporádicas, pero nunca existió continuidad para lograr una navegación estable y en la misma dirección.
La brújula un tanto desviada del gran Ballack es una de las razones del naufragio alemán ante Polonia, a pesar de la victoria 'in extremis'. Pero no es la única. A diferencia del partido ante Ecuador, en el que los defensas del equipo de Janas no dieron pie con bola, los vecinos mal avenidos de los germanos apretaron ayer los dientes y se conjuraron para frenar a sus ex compatriotas Podolski y Klose, que tuvieron el punto de mira como el de una carabina de feria y que nunca se movieron con soltura en las inmediaciones del área. Los 'polacos' de Alemania, una pareja letal cuando sus equipos funcionan, perdonaron ante Polonia oportunidades inmejorables cuando sus marcadores se relajaron y les perdieron de vista. La errada por el delantero del Werder Bremen en el minuto 20 de la primera parte fue de ver para no creer.
No había un sistema claro en la selección anfitriona. O, si lo había, los futbolistas no lo entendieron. Fue el de Alemania un juego intermitente, una mezcla desordenada de dosis de calidad e impotencia que llegó a desesperar a sus seguidores en algunas fases del partido. Pero lo que los germanos nunca pierden es la fe. Sólo ellos pueden mover montañas.
Están medio sentados y se levantan; están agotados y sacan fuerzas de flaqueza; pueden firmar un empate que les valía y buscan el triunfo hasta el último instante, sin descanso. En estos aspectos son un ejemplo a seguir. Fue precisamente la fe la que permitió al veloz Odonkor - que había salido en la segunda parte para buscar profundidad por la banda derecha- llegar a un balón cerca de la línea de fondo y dejárselo en bandeja a Neuville, que no perdonó. Un premio a la constancia que, sin embargo, no oculta los titubeos de una selección que se siente presionada en casa. Una jugada en el minuto 89 había resumido poco antes su falta de pegada, cuando dos futbolistas estrellaron el balón al larguero en un intervalo de unos pocos segundos.
Combativo Smolarek
Polonia estuvo bien armada atrás. El ataque, por llamarlo de alguna manera, es otro cantar. Los únicos que pusieron algo de mordiente fueron Jelen -su potencia y cambio de ritmo son descomunales- y Smolarek, del Borussia Dortmund, que anoche volvía al estadio del equipo con el que disputa la Bundesliga en los choques como local. Daba cierta pena ver al hábil y aguerrido delantero polaco subirse él solo al ring para combatir cuerpo a cuerpo con la dubitativa -pero hercúlea- defensa alemana. Su desesperación llegó a tal extremo que en varias ocasiones pidió ayuda a sus compañeros y les animó con ahínco a tirar para adelante. El micrófono de Smolarek debía estar estropeado, porque nadie le hizo caso. Y eso que los polacos eran conscientes de que una nueva derrota, como así ocurrió al final, les condenaba prácticamente a volver a casa con la cabeza gacha.
Alemania necesita al mejor Ballack para asentar su juego y convertirlo en algo reconocible. Made in German. Porque, en realidad, el Mundial empieza para los anfitriones el próximo martes, cuando -todo depende del resultado del partido de hoy entre Ecuador y Costa Rica- es probable que se juegue la primera plaza del grupo. Klinsmann todavía tiene mucho trabajo que hacer. Sabe que el pundonor y el esfuerzo los tiene asegurados, pero también sabe que necesita un patrón que guíe a los marineros si quiere que el equipo tenga opciones cuando se enfrente a selecciones de cierta entidad. Los alumnos necesitan al profesor Ballack.