CELEBRACIÓN. Varios jugadores de Arabia Saudí celebran el empate a uno contra Túnez. / AFP |
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Estadística
LA FICHA |
Túnez: Boumnijel ,Trabelsi, Jaidi, Haggui, Jemmali, Namouchi, Mnari, Bouazizi (Nafti, min. 54), Chedli (Ghodhbane, min. 69), Chikhaoui (Essediri, min. 82) y Jaziri.
Arabia Saudí: Zaid, Dokhi, Tukar, Al Montashari, Sulimani, Al Ghamdi, Aziz, Noor (Ameen, min. 74), Al Temyat (Al Hawsani, min. 67), Zariri y Al Kahtani (Al Jaber, min. 82).
1-0: minuto 23. Jaziri.
1-1: minuto 57. Al Kahtan.
1-2: minuto 84. Al Jaber.
2-2: minuto 90. Jaidi.
Nathan Gibson (Australia). Mostró amarilla a Haggui, Bouazizi, Chikhaoui.
Partido celebrado en el Allianz Arena de Múnich. 66.000 espectadores, con mayoría tunecina en las gradas.
Túnez Arabia Saudí
REMATES A PORTERÍA 2/5 5/17
FALTAS COMETIDAS 16 12
SAQUES DE ESQUINA 3 4
FUERAS DE JUEGO 1 1
POSESIÓN DE BALÓN 49% 51% |
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En un exótico duelo de alternativas, con más goles y emoción que fútbol, las Águilas de Cartago y los Hijos del Desierto firmaron el empate de Baviera. Unas tablas que mantienen vivos a ambos países musulmanes en la lucha... por la segunda plaza del grupo. Después de lo visto en Munich, España, salvo que se lo crea, no tiene nada que temer ante dos rivales muy menores. ¿Bendito grupo, madre mía!.
Túnez tiene mucho poderío físico, pero el problema para ellos es que al fútbol se juega con los pies. Si se exceptúa quizá a su delantero Jaziri, autor del primer gol y del pase que permitió el tanto salvador de Jaidi, su nivel técnico es discretísimo. Los príncipes árabes lavaron un tanto su honor -por los suelos tras el sonrojante 8-0 sufrido ante Alemania en el último Mundial- pero por culpa de su inocencia dejaron escapar el triunfo.
Habían labrado la remontada gracias a su mejor manejo del balón, pero son tiernos, inocentes. Están poco acostumbrados a competir fuera de casa, ya que no les permiten salir al extranjero con libertad.
Precisamente, el veterano ariete Al Jaber, uno de los privilegiados que pudo probar fortuna en el Wolverhampton inglés, demostró ser el más listo al marcar el 1-2 sólo dos minutos después de salir al terreno de juego.
Ya cuando los protagonistas se juntaron para escuchar los himnos nacionales, se comprobó que los tunecinos estaban mejor dotados para la batalla.
En el aspecto físico, eran mucho más altos y más fuertes que los saudíes, casi todos bajitos, delgaduchos, pero a la postre más resistentes. Si no sacaban a relucir su mejor técnica, los saudíes tenían muy difícil plantar cara a los magrebíes y superar su tradicional papel de selecciones comparsas en los Mundiales.
A los norteafricanos se les ve rudos, consistentes, con más oficio y práctica para este deporte. No en vano, en el once titular hay futbolistas que militan en seis campeonatos europeos -Francia, Holanda, Alemania, Inglaterra, Turquía y Escocia-. El discutido seleccionador Roger Lemerre es, además, un sargento de hierro que impone disciplina, fuerza y rigor táctico, quizá en detrimento del fútbol vistoso que tanto gusta al espectador.
Faltan las 'figuras'
Ausentes por lesión las dos figuras de estas selecciones, el tunecino de origen brasileño Dos Santos y el joven árabe Al Anbar, el partido perdió gracia, morbo y expectativas. Desde el pitido inicial, Túnez asumió que para intentar ganar tenía que percutir al adversario. Imprimió una velocidad más al juego y se llevó todos los rechaces y los balones divididos.
Los saudíes tardaron todo un tiempo en entender que, si no eran capaces de tener el balón y de arriesgar algo más, caerían derrotados en Múnich.
Aunque su estrella se apagó de forma paulatina, llamó la atención Jaziri. Auxilia siempre a los centrocampistas, se mueve con y sin balón, encara el área en cuanto puede y, además, tiene remate. Ha recalado en el fútbol francés tras varios años a buen nivel en Turquía. Ya a los cinco minutos fue objeto de un probable penalti que no observó el colegiado. Luego, estuvo listísimo para sacar petróleo de un error pueril de la zaga verde tras una falta.
El panorama dio un vuelco en la reanudación del encuentro. Los árabes manejaron a su antojo el centro del campo, Lemerre erró en algún cambio conservador de los que realizó, y eso se tradujo en dos buenos goles, uno tras una entrada por banda y otro después de un contragolpe.
Pero cuando la Casa Real ya preparaba algún suculento premio -envió 10 millones de euros la semana pasada sólo para los primeros gastos y primas- el gol de Jaidi hizo justicia. Con armas diferentes, unos más rocosos y otros con más destreza, pero igual de discretos. 2 2