En el término medio está la virtud es una máxima tan importante de llevar a cabo como ideal. También el equilibrio en todos los órdenes de la vida siempre hay que buscarlo, incluido en el fútbol. Digo todo esto, porque pienso que se ha conseguido ese equilibrio en la nueva dupla que se encargará de dirigir la nave cadista en la próxima campaña. Oli y Vicentón, Vicentón y Oli, esa es la pareja del banquillo. Conozco muy poco a Vicente González Villamil (nada más que de intervenir en Punto Radio el lunes), pero esos minutos de conversación radiofónica creo que me bastan para tener una primera impresión de él. Normalmente acierto con la impresión que tengo de las personas aún tratándolas poco tiempo. Digo normalmente porque por desgracia también me llevo sorpresas desagradables y, al cabo del tiempo, hay personajes que me demuestran ser totalmente diferentes a como se habían vendido ante mi. Allá ellos. Pero bueno, de esto, si quieren, otro día les hablo. Volviendo al tema del segundo entrenador del Cádiz, creo que es el contrapunto perfecto a Oli. El hasta hace poco jugador del Cádiz, como delantero que era, estará obsesionado con atacar y meter goles, pues ahí estará González Villamil para equilibrar la balanza y no descuidar la defensa. No quiero decir con esto que Oliverio vaya a despreocupar de la zaga cadista, pero si quiero dejar por escrito que cada uno tendrá querencia sobre lo que ha hecho en el campo como jugador. El primer entrenador con el gol y Vicentón la defensa, al haber sido central durante su época como profesional.
También contrasta la forma de hablar. Es verdad que son tonos y timbres de voces muy parecidos (podríamos decir tono asturiano, si es que existe ese tono de voz), pero es un hombre, Villamil, de un habla con mesura y pausa, agradable de oír y que relaja al que lo escucha. Por eso es contrapunto al de Oli (eso creo) porque yo me imagino al primer entrenador arengando a los jugadores con carácter y al segundo con experiencia. Sería como en la películas, el poli bueno y el poli malo. También me dio la impresion de ser un hombre serio, serio no quiere decir sieso. En eso es muy parecido al otrora 9 del equipo amarillo. Por cierto, mucha gente se equivoca al confundir serio con seco, como ocurre con Oli, y nada más lejos de la realidad. En definitiva, forman un buen tándem. Y punto.