Han pasado doce años, pero el ascenso logrado aquella temporada en Bahía Sur tras vencer por un gol a cero al Guadix, todavía se recuerda con mucha nostalgia en San Fernando.
Uno de los grandes protagonistas de aquella gesta fue Manuel Hernández García, Lolo Hernández, autor del tanto que otorgó al conjunto azulino el ascenso a Segunda B. «Aquel ascenso pasa muchas veces por mi cabeza porque ha sido el único que he conseguido, a pesar de que he jugado seis o siete liguillas. Para colmo fui el que metió el gol, así que imagínate. Tenía 24 años y aún guardo muchas fotos».
El de El Coronil dejó su huella en el corazón de todos los isleños cuando, al ser expulsado, no pudo contener las lágrimas y se marchó a la caseta llorando desconsolado. «El que era entonces vicepresidente me regaló un marco con una foto mía llorando. Le dí tantos bocados a la camiseta que la dejé con unos cuantos agujeros, pero es que aquello se hacía interminable. Ahora se recuerda con nostalgia pero en aquel momento, no veas lo mal que lo pasamos».
Todo un héroe para la afición, siempre ha sido recibido con los brazos abiertos cada vez que ha visitado el coliseo azulino. «Es muy bonito que después de tanto tiempo se acuerden de tí. El día de Motril me llamaron unos aficionados para comentarme el ambientazo que había, que iban cinco autobuses. La Isla para mí siempre ha sido especial. Posiblemente hasta que no me retire, no se me quitarán esas ganas de volver».
Mañana, en Bahía Sur
No quiere el sevillano aventurarse, pero promete que hará todo lo que esté en su mano para estar mañana en las gradas de Bahía Sur animando al equipo en su choque decisivo ante el Motril.
Aunque la lejanía le ha impedido ver partidos del equipo, bien es cierto que ha seguido la actualidad por parte de amigos que le han puesto al tanto. «Coincidí con Canito y me comentó que tenían una plantilla de mucha calidad».
Destaca sus dos últimas temporadas en el Torredonjimeno, donde «marqué 11 goles y dí 7 palos hace dos años, pero nos eliminó el Villanueva» y advierte que seguirá jugando mientras «me responda el cuerpo y la cabeza».