El ex presidente iraquí Sadam Hussein y siete altos cargos de su régimen han comparecido hoy de nuevo ante el tribunal que le juzga en relación con la ejecución de 148 chiíes iraquíes en 1983 después de un juicio sumarísimo.
Durante la nueva sesión, la trigésima desde el inicio del proceso en octubre pasado, el presidente del tribunal, el juez kurdo Rauf Abderrahmán, tiene previsto escuchar a nuevos testigos de la defensa.
En la vista de ayer prestaron testimonio ocho testigos a favor de Sadam Hussein, su hermanastro Barzan al Tikriti, quien era también jefe de los servicios de inteligencia, así como Awad al Bandar, ex jefe del Tribunal Revolucionario (TR) del depuesto régimen iraquí.
Los testigos coincidieron en que la condena a muerte adoptada por el TR contra los 148 chiíes "fue justa y conforme a la ley". Bandar, por su parte, insistió en que el juicio contra las 148 personas fue justo ya que todos ellos confesaron su implicación en un intento de asesinato contra Sadam en 1982 en la aldea de Duyail, al norte de Bagdad, aunque reconoció que sólo un abogado los defendió a todos ellos, y que el juicio duró sólo 16 días.