-¿Cuándo comienza a relacionarse de forma directa con el mundo del arte?
-Hombre, cuando te vas haciendo adulto es cuando comienzas a conocer verdaderamente qué es el arte, aunque yo pintar lo hago desde que era muy pequeño. Desde que tengo uso de razón he dibujado y siempre he tenido muy claro que el arte era una parte muy importante de mi vida.
-La pintura es su fuerte, pero ¿qué otras formas artísticas práctica?
-He hecho de todo, la escultura ha sido otra de las modalidades que he cultivado de forma un tanto especial. Pero, sin lugar a dudas, la pintura es lo que más me llena.
-¿Cómo trabaja normalmente?
-Lo primero que hago es escoger aquello que quiero dar a conocer, captar la idea principal y una vez que la tengo clara elaboro un boceto. Tras este proceso ya trabajo sobre el lienzo.
-¿Cómo halla la inspiración?
-¿Uy! Eso no es algo nada fácil. La inspiración surge cuando ella quiere. En mi caso suele aparecer en la noche. Ese es el momento del día en el que suelo trabajar y tengo más ganas de hacerlo.
-¿Es complicado dedicarse a esta profesión?
-No es complicado, sólo hay que dedicarle mucho tiempo. Si eres bueno y no le dedicas tiempo pierdes cualidades y si eres malo y sí le dedicas el tiempo necesario puedes conseguir ser mediocre. En cuanto a vivir de ello, creo que sí es posible. Hay mucha gente interesada en la compra de cuadros a artistas menos conocidos que con los años y dedicación poco a poco nos abrimos paso en este mundo. Porque eso sí, en el mundo del arte no te ayuda nadie. Todo depende de lo listo que seas y con quien te relaciones.
-¿Qué hay de cierto en todos aquellos tópicos que rodean a la personalidad del artista?
-Casi todos (risas). Es cierto que pintamos cuando nos da la gana, que somos muy raros y que vemos cosas que los demás no ven. Es decir, cuando tú ves una flor sólo ves eso, nosotros observamos otras cosas. Digamos que tenemos más sensibilidad para ver los colores, sus significado, composición...