Extremadura también ha flexibilizado su negativa inicial a que Andalucía asuma el control de la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Su presidente, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aseguró ayer que su homólogo andaluz ha iniciado la búsqueda del entendimiento. «Chaves va por buen camino», apuntó Ibarra.

Eso sí, el extremeño dejó claro que no le gusta la fórmula de una cuenca gobernada por la Junta y con participación del resto de comunidades autónomas afectadas. Entiende que las matizaciones del presidente andaluz obedecen a que ha comprendido que tanto Extremadura, como Castilla-La Mancha y Murcia tienen derecho a estar ahí, porque el Guadalquivir no es exclusivamente una cuenca andaluza y que, por lo tanto, estos tres gobiernos regionales no pueden estar en un organismo que presida Andalucía.