La Confederación General del Trabajo eligió la jornada previa a una de las citas tradicionales del movimiento antimilitarista, la Marcha a Rota, para convocar la primera movilización contra la vuelta de la estatua de Primo de Rivera al Arenal.
Unas cincuenta personas, la mayoría de ellas con pancartas alusivas a la condición de «dictador» del estadista jerezano, repartieron folletos en los que defendían la necesidad de eliminar cualquier tipo de símbolo que «homenajee a un golpista que, durante la guerra del Riff, ordenó ataques indiscriminados contra mujeres y niños». La plana mayor del sindicato, a nivel provincial y andaluz, animó a la ciudad a «cuestionar los motivos por los que partidos que se autodenominan progresistas y de izquierdas perpetúan la vergonzosa presencia de quien en una etapa relativamente reciente de nuestra historia reprimió con dureza a cualquiera que defendiera ideas avanzadas».
Agustín Gómez, secretario de la CGT en Andalucía, subrayó que «la figura de Primo, por mucho que sea de Jerez, no deja de ser la figura de un genocida, que aprobó la utilización de las primeras armas químicas de la historia, y que persiguió a los militantes sindicalistas sin descanso». Antonio García, miembro del sindicato en la ciudad, rebatió los argumentos «patrimoniales» planteados por algunos colectivos para defender el retorno de la escultura a la plaza: «Si tiene cualidades artísticas, que la instalen en un museo, donde puedan visitarla todos los que quieran, sin herir la conciencia histórica y social de los que entendemos que una sociedad que se dice democrática no puede abrigar este tipo de símbolos en espacios públicos». No obstante, García resaltó que «los intereses que defiende la CGT son mucho más amplios y están muy por encima de esta cuestión, que no deja de ser un asunto moral, aunque nos preocupa más, por poner un ejemplo, la situación de precariedad en el empleo de los jóvenes».
Jesús Lara, uno de los principales activistas contra el regreso de la estatua a la céntrica plaza, planteaba la «dudosa credibilidad de partidos que, por una parte, promocionan actividades de recuperación de la memoria histórica, tan de moda últimamente, y por otra dejan que en uno de los puntos más visibles de la ciudad permanezca este agravio al pensamiento libre y a la democracia».
La concentración se enmarcó dentro de un completo programa de actos desarrollados a lo largo de todo el día en el edificio de los sindicatos y que incluyó intervenciones de representantes de colectivos de izquierdas de todo el territorio nacional, como David Arístegui, que presentó su trabajo De Base a Base, un análisis crítico sobre las instalaciones militares en España.
Durante la Marcha a Rota de hoy los colectivos sociales de Jerez portarán también pancartas y pegatinas contra la estatua de Primo, y no descartan «organizar un calendario de movilizaciones junto con otras fuerzas críticas de Jerez».