Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos presentaron en la jornada del sábado sus películas en Cannes. Para satisfacción de Pedro Almodóvar, ninguna de las tres ha logrado superar el listón que Volver dejó en un lugar muy elevado, y que en las puntuaciones que día a día realizan diferentes revistas publicadas en Cannes, permanece como favorita.
La cinta británica es Red Road, ópera prima de la cortometrajista Andrea Arnold realizada bajo premisas del decálogo Dogma, aunque este movimiento creado por el danés Lars Von Trier oficialmente ya ha dejado de existir.
De hecho, el origen del filme está en un viejo proyecto de Lars Von Trier, que quería producir tres películas a tres jóvenes cineastas, manteniendo en los tres casos los mismos actores y el mismo escenario. Por su parte, Estados Unidos presentó una fábula sobre el imperio de la hamburguesa, Fast Food Nation, y Francia la aburrida comedia Según Charlie.
Red Road, con Kathe Dickie y Tony Curran, es, por el momento, la única de las tres historias planteadas por Lars Von Trier que se ha realizado. Ambientada en Glasgow muestra a una vigilante de seguridad que se pasa horas delante de un panel de pantallas que recogen las calles de un suburbio de la ciudad. Cuando recibe la noticia de que un viejo conocido ha quedado en libertad provisional y ha regresado al barrio, le buscará con las cámaras hasta encontrarle. Será entonces cuando cruce el espejo, salga de su bunker aislado y solitario y recorra las calles del barrio hasta contactar con él.
Se trata de un filme interesante, bien acogido, que retrata a una sociedad fría, desangelada, dominada por la tristeza. La gélida fotografía del filme, la falta de música y una ambientación en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, potencia este aspecto. Sin embargo, el largometraje decepciona en su desenlace, cuando se descubre el pasado de estos dos personajes, excesivamente tópico.
Lo más interesante está en el retrato de un estrato de la sociedad británica, cuya vida se desarrolla entre el pub, las fiestas caseras y el sexo sin amor. «A partir de las premisas del proyecto, que se debía desarrollar en Escocia y con unos personajes determinados, he llenado la película de detalles que conozco bien, algunos surgen de lo más profundo de mí, por lo que creo que esta historia refleja como soy y lo que pienso», dijo Andrea Arnold.
Fast Food Nation es una parábola de la sociedad capitalista americana a través del proceso de fabricación de una de las hamburguesas que se despachan en los restaurantes de comida rápida. Basada en un libro de Eric Schlosser, está dirigida por el cineasta independiente Richard Linklater, un vegetariano convencido que entrecruza diferentes historias en torno a esta comida típicamente americana, en una zona próxima a la frontera entre Estados Unidos y México.
Reparto de estrellas
Greg Kinnear, Ethan Hawke, Ana Claudia Talancón y Catalina Sandino Moreno encabezan el reparto de esta producción, en la que Bruce Willis, Kris Kristofferson y Patricia Arquette hacen pequeños papeles. La cinta muestra por un lado a un ejecutivo de una cadena de restaurantes de hamburguesas que recorre la zona estudiando el mercado de la Big One, que atraviesa una situación crítica.
Por otro lado está un grupo de emigrantes mexicanos sin papeles, que, tras cruzar clandestinamente la frontera, comienzan a trabajar en el matadero que sirve de carne a esta cadena de establecimientos. Y están también los dependientes de uno de estos establecimientos, niñatos ecologistas que no guardan la menor higiene en las hamburguesas que cocinan.
Se trata de un amplio puzzle que reflexiona en torno a la hamburguesa, símbolo del consumismo estadounidense, que se fabrica a base de explotar emigrantes ilegales, con carne de mataderos de dudosa reputación, que se vende en establecimientos que no sólo no guardan las mínimas reglas de higiene, sino que sus empleados son capaces de escupir sobre una hamburguesa antes de freírla.
Y finalmente , como el supervisor de la marca, sólo busca el rendimiento comercial de la empresa, cerrando ojos y oídos a cualquier irregularidad. «Se trata de denunciar, siguiendo las pautas del libro, las irregularidades de este lobby agroalimentario que juega con la salud de los consumidores», declaró Linklater.
La película hace reflexionar y, es de esperar, que cuando llegue a las pantallas españolas, el espectador no se encuentre en el reverso de la entrada con la típica oferta de dos hamburguesas por el precio de una.
Al Gore, ecologista
La comedia francesa Según Charlie lleva la firma de Nicole García y está ambientada en una localidad de la costa atlántica gala, donde se entrecruzan siete personajes con más o menos acierto. Historias de pasión, de sentimientos, con un humor que no funciona de forma muy escasa se traducen en una película aburrida, a cuyo favor cabe destacar unas muy ajustadas interpretaciones de Jean-Pierre Bacri, Vincent Lindon, Benoit Magimel y Benoît Poelvoorde.
Fuera de competición, Cannes presentó el sábado An Inconvenient Trush, un documental de Davis Guggenheim en torno a la lucha ecologista de Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos que disputó la presidencia a George Bush.
El título no va más allá de la filmación de una larga conferencia de Al Gore -que es el productor del filme-, debidamente ilustrada, sobre la destrucción del planeta por las industrias contaminantes y el cambio climático.