Ahora que ya han pasado unos días desde que nos dejaste, quiero expresar mis sentimientos hacia ti y darte las gracias por considerarme amigo y hermano en Cristo tuyo.

Fuiste un ejemplo de entrega hacia tu hermandad, a la que dedicaste gran parte de tu vida, sin pedir nada a cambio, dándolo todo por ella en todos los cargos y puestos que distintas Juntas de Gobierno te encomendaron.

Como costalero de nuestra Madre del Desamparo, no pudo ser mejor tu participación pues no sólo te dedicabas a cargar sino que participaste activamente en la formación de esa importante cuadrilla que un buen día llegó a ser santo y seña de Santiago y admirada por todo el Jerez cofrade. Cuantos costaleros deben reconocer tus consejos y enseñanzas a comportarse y andar debajo de un paso.

Como capataz de Jesús del Prendimiento, ahí están tus registros y los documentos gráficos que marcaron tu estilo particular en la forma de llevar un paso de Misterio.

Podría estar escribiendo tantas cosas que no habría papel bastante para reflejarlas, pero me quedo con la más importante: gracias a tu tesón e insistencia se logró pasar el bordado de la túnica del azulejo y recuperarla y reestrenarla en la salida del año 1997, y todo a cambio de nada. Qué torpes somos los humanos que no hemos sabido reconocerte en vida esa gran labor de hermano comprometido por la bendita causa de vivir la auténtica hermandad. Pero por eso mismo eres grande, porque mira por donde te lo ha venido a reconocer el mismísimo Jesús del Prendimiento. Él, desprendiéndose de su casa, y mira que es grande y bonita, se traslada a otra desde la que va a realizar el encuentro (homenaje) que te tenía preparado. Sale por otro entorno, y se presenta en tu casa con esa túnica que tu tesón y tu entrega le ofreció, y plantado allí y rodeado de toda tu gente, todo tu barrio y todos tus amigos, te ofrece el mejor homenaje que persona humana pueda soñar.

Por eso siempre serás grande, porque tu homenaje te lo dio cuando aún tenías vida nuestro Padre común Jesús del Prendimiento.

Seguro que ya estarás gozando de Él, siempre te tendré en mi recuerdo.

Ángel Espejo Posada. Jerez