De todas las noticias ha que generado la recién acabada Feria de la Igualdad, una ha llamado mi atención sobremanera: grupos políticos rivales emprenden una bronca a puñetazo limpio. Más allá de quien o quienes protagonizaran esta triste noticia lo que me sorprende es que la excusa para tal refriega no consistía en una diferencia en las ideas o en el proyecto de ciudad, aunque ninguna discrepancia justifica la violencia. El detonante fue según los protagonistas (ver hemeroteca) que «Nos insultaron, nos llamaron ¿cobardes maricones!». Este hecho es lamentable desde todo punto de vista, pero lo es más aún que se siga utilizando, y percibiendo, la opción sexual de las personas como insulto.

Una se pregunta si es la opción sexual lo que condiciona el valor de una persona, si los maricones son unos cobardes y a los heterosexuales, como decían aquellas antiguas cartillas militares, el valor se le supone. Nada más lejos de la realidad. Son precisamente las personas homosexuales las que han demostrado una mayor valentía a lo largo de la historia por el hecho de defender su libertad sexual por encima de prejuicios homófobos.

A pesar de la reciente equiparación en derechos civiles y de todas las barreras que se han eliminado, aún queda mucho por hacer y lo ocurrido en esta pasada feria no es más que un botón de muestra.

Desde las agresiones verbales o el chiste fácil, el lenguaje cotidiano está lleno de expresiones homófonas que traducen y legitiman un estado de odio y discriminación hacia un grupo de personas (el 10% de la población) cuya única diferencia radica en que eligen como parejas afectivas a personas de su mismo sexo.

El 17 de Mayo de 1.990 la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud suprimió la Homosexualidad de su lista de enfermedades mentales (en la que nunca debió estar incluida). Desde entonces se considera el 17 de mayo como «Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia». Con este motivo se presenta mañana en Madrid una campaña de concienciación a nivel Estatal, promovida por colectivos de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales que pretende sensibilizar a la sociedad sobre la existencia y la gravedad de este tipo de discriminación. La homofobia, como el racismo o la xenofobia no es más que una expresión de un pensamiento más genérico, llamado fascismo, que pretende eliminar, pasiva o activamente, a quienes considera sencillamente diferentes.

En más de 80 países la homosexualidad es ilegal, en 70 está penalizada, en 9 de ellos con pena de muerte.

Aquí hemos avanzado mucho afortunadamente en los últimos tiempos, pero todavía seguimos insultando llamando ¿cobarde maricón!