El consejero delegado de Abertis, Salvador Alemany, mostró ayer su sorpresa tras conocer la amenaza del Gobierno de Evo Morales de revisar las concesiones de los tres aeropuertos que la compañía gestiona en el país junto a Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena). Restó importancia al encontronazo y descartó, en principio, la salida de Bolivia. Sin embargo, recordó que la actividad de Abertis en Bolivia es «muy pequeña» y que apenas aporta un millón de euros al negocio global de la compañía. «Si algún día la zona se desarrolla, ahí vamos a estar, pero no vamos a desgastarnos en misiones imposibles», advirtió.
Alemany confirmó, además, que el Ejecutivo de Evo Morales no se ha dirigido de forma oficial a Abertis para comunicarle sus planes. El martes, a petición de los sindicatos y para frenar una huelga convocada en todo el país, el director de Aeronáutica Civil del país andino, Javier García, afirmó que el Gobierno revisará las concesiones y amenazó con revocar los contratos si se detectara alguna irregularidad.
Desconcierto
El desconcierto de la concesionaria es mayúsculo. El director general de Abertis Airports, Miquel Puig, se entrevistó la semana pasada con las autoridades aeroportuarias bolivianas en un encuentro en el que éstas, lejos de plantear ningún problema solicitaron ayuda a la española. «No tenemos intención de abandonar Bolivia», añadió el directivo que apostó por la cautela como línea de actuación esencial hasta conocer más en detalle los planes de Morales.
El directivo se refirió también a la fusión con la italiana Autostrade. Una operación que convertirá a la española en un gigante mundial en la gestión de infraestructuras. Eso, si logra salvar las críticas surgidas en el entorno el nuevo Gobierno de Romano Prodi que subrayan la 'excesiva españolidad' de la futura empresa, que tendrá sede en Barcelona. Alemany restó importancia a los ataques y se mostró convencido de poder convencer al Ejecutivo italiano de la bonanza de la fusión. «El nacionalismo económico es un mal negocio para el consumidor», concluyó.