Desde su llegada al barrio de El Pópulo, El teniente Seblón tuvo claro que na-cía con la vocación de in-novar, de «crear un concepto nuevo de taberna que sirviese de alternativa al típico pescaíto frito», explica su dueño, Paco Rubio. Con el concepto de la restauración y el ocio entendidos desde una perspectiva muy cultural, El teniente Seblón pintó desde el primer día sus paredes de blanco y las dotó de rieles para poder exhibir las obras de artistas como Saxa, Lo Herrera, Charlotte Baynes o Salvador Reiné y dar respuesta a la demanda de un público de «nivel cultural medio-alto», así como a los turistas, «más acostumbrados a es-to de mezclar el arte y la restauración». Tras casi un año de «grata experiencia» -celebra su aniversario el 25 de junio- , esta innovadora taberna combina las exposiciones y su pequeña biblioteca, «en lugar de televisión y máquinas tragaperras», como matiza Paco, con va-riados platos que degustar desde el desayuno, la comida -durante la cual se pude elegir entre carpaccio, tostas o ensaladas- y hasta la primera copa de una larga noche.