Es una costumbre que muchos conductores tienen, y que día a día se puede constatar en cualquier calle del centro de la ciudad. Ayer mismo, en plena plaza San Andrés, donde hay poco espacio para maniobrar y que pese a su reducido tamaño es un núcleo importante para la circulación del centro, un coche aparecía aparcado encima de la acera junto a unos contenedores de basura y obstaculizando el tráfico.