Javier Bozadas no sale de su asombro. Ayer, cuando leyó en la prensa que Pedro Pacheco había considerado públicamente su agresión como «merecida», pensó que se trataba de un error. Pidió a sus compañeros de partido que escucharan la cinta, por si era un mero problema de interpretación, pero saldó todas sus dudas al oír las palabras literales del líder del PSA: «Se ensalzaron y recibió su merecido». Han pasado varios días del incidente, el dolor amaina, pero la sensación de «tristeza e impotencia» permanece igual de intensa, igual de «quemante» que cuando lo golpearon.
-¿Cómo se encuentra ahora? ¿Más tranquilo?
-No. En absoluto. Físicamente, las heridas se van cerrando, pero psicológicamente no puedo dejar de preguntarme por qué ha tenido que ocurrir todo esto. No entiendo cómo es posible que en una sociedad que consideramos plenamente democrática todavía queden individuos capaces de agredir a otros por la única razón de que piensan o sienten de una forma diferente.
-Pacheco dijo que usted y sus compañeros entraron en la caseta con la única intención de provocar.
-En ningún momento nos prestamos al juego de los insultos de los que fuimos objeto. Además, la agresión se produjo de manera vil, por la espalda, cuando nos marchábamos y yo me encontraba solo a las puertas de la caseta. ¿Quién provocó a quién? Cuando me quise dar cuenta cuatro personas me golpeaban en el suelo, y una auténtica jauría se dirigía hacia mí. Entramos en esa caseta porque lo hacemos todos los años, conocemos a los dueños, y no miramos si las personas que están dentro pertenecen a tal o cual partido político, estamos muy por encima de eso. Seguro.
-¿Por qué crees que hay esa tensión entre PSA y PA?
-Bueno, quiero dejar claro que nosotros, en ningún momento, hemos dicho que los agresores fueran militantes del PSA. Sí hemos contrastado que llevaban abanicos con propaganda de este partido, pero ha sido el propio Pedro Pacheco quien lo ha dejado entrever en sus declaraciones. Puede que estén nerviosos. Quizá tengan sobre la mesa alguna encuesta en la que se les augura un batacazo electoral. Pero, en cualquier caso, nada justifica esa agresividad. Lo que sí nos han contado algunos compañeros de partido es que es un modus operandi habitual de algunos individuos que ahora gobiernan en Jerez, y que han instaurado un régimen del miedo y del terror.
-¿Qué sintió al oír las declaraciones de Pedro Pacheco?
-Pacheco ha legitimado a los agresores. Eso es muy fuerte. Me dolieron los golpes, pero más me han dolido las palabras de un representante político, de un cargo público, que justifica el uso de la violencia con esa ligereza, con esa frivolidad, sin medir las consecuencias de lo que dice. Desde luego, esa inconsciencia y esa irresponsabilidad no tienen antecedentes, porque él sabe que hay mucha gente que, sólo por complacerle, puede seguir el ejemplo de los energúmenos que me agredieron. Apología de la violencia, se llama eso.
-¿Cómo se ha tomado su familia la agresión y sus reacciones?
-Estoy casado, tengo una hija de cuatro años y dentro de un mes, si Dios quiere, tendré otra niña. Mi mujer sufrió una crisis nerviosa, cuando la llamé desde el Hospital, y todavía padece ansiedad. Pero, en cualquier caso, lo que ha ocurrido me reafirma en mis principios de andalucista y de demócrata, y ellos ya saben que así no nos amedrentan. Todo lo contrario. Pelearemos con más ganas por liberar a Jerez de ese caudillaje que la tiene amordazada y secuestrado. Que no les quepa la más mínima duda.
-¿Qué piensa de quienes gobiernan con Pedro Pacheco en el pacto municipal?
-Lo que me gustaría es saber qué piensan en el PSOE de Jerez sobre ese tema, qué opina la señora alcaldesa. Lo único que te puedo decir es que, por principios democráticos, yo no gobernaría con nadie que es capaz de hacer apología de la violencia con tanta normalidad. Lo que sí he echado de menos es un posicionamiento más firme de los partidos del estrato político jerezano, porque a nivel personal he recibido innumerables muestras de solidaridad, pero los partidos de Jerez deben estar a la altura de las circunstancias ante un acontecimiento tan excepcional como este. Espero que el pueblo ponga en su sitio a cada uno en las próximas elecciones.