La dispersión de los presos de Jerez no es la única problemática de primer nivel que afecta a este colectivo. Recientemente, Esther Muñoz, coordinadora del área de cárceles de la asociación denunciaba que las cárceles de la provincia estaban por «encima del 150 por ciento de ocupación», lo que las convierte en «ollas express» cuya situación resulta «insostenible». En Jerez, Francisco José Bravo, resaltó que los presos jerezanos enfermos de sida también sufren la desatención general «a que los somete un sistema burocrático inaceptable, que requiere de innumerables trámites para poder empezar a recibir tratamiento».

Según Apdha, el 19,1% de los presos tiene sida, 38,2% hepatitis C y un 18,8% las dos enfermedades a la vez. «Cuando esta enfermedad u otra adquiere un carácter terminal, el proceso para poder sacarlos de las cárceles es casi imposible de completar, a pesar de que la ley especifica claramente que tienen derecho a volver a sus casas». En muchas ocasiones vuelven a reencontrarse con sus familias pocos días antes de fallecer.