El PP obtendría hoy la mayoría absoluta en Marbella si se celebraran elecciones. El partido que lidera Ángeles Muñoz en esta localidad conseguiría 16-17 concejales frente a los socialistas, que alcanzarían 10-11 ediles, según la encuesta de Sigma Dos. El PA e Izquierda Unida no lograrían a día de hoy representación alguna en el Ayuntamiento de Marbella. A la salida del túnel del gilismo, con la disolución del Ayuntamiento tras las detenciones de la ex alcaldesa, Marisol Yagüe, y la ex primera teniente de alcalde, Isabel García Marcos, el PP parte en la mejor posición, pues tiene el respaldo del 51% de los encuestados. Así, Ángeles Muñoz ve reconocida su labor de oposición tenaz frente al gobierno municipal. Hay que tener en cuenta que el PP fue el único partido que no se prestó a la moción de censura que acabó con la alcaldía de Julián Muñoz y dio paso al tripartito formado por ex gilistas, el PA y la hasta entonces portavoz socialista, Isabel García Marcos, que tiró de dos concejales del PSOE. El PP lograría cuadriplicar su representación, pues pasaría de 4 a los citados 16 ó 17 concejales. La mayoría absoluta está situada en los 14 ediles. Ahora bien, el PSOE también parte en buena posición a un año de las elecciones municipales. De entrada y pese a haber perdido a su portavoz histórica en el ayuntamiento marbellí, a la que expulsó del partido por pactar con Yagüe, ya dobla su representación (pasaría de 5 a 10-11) con un candidato, Paulino Plata, que aunque no se ha nombrado oficialmente, puede dar bastante guerra en los comicios. De hecho, todavía no ha comenzado a ejercer esta función en la localidad y ya conseguiría unos buenos resultados. También hay que tener en cuenta que el cabeza de cartel socialista estará arropado por la inercia que supone que tanto a nivel estatal como a nivel autonómico los gobiernos son de un mismo color, el del PSOE.
El papel que se desempeñe en la gestora puede resultar determinante a la hora de inclinar la balanza, que de momento está del lado de los populares. Cabe esperar que una buena labor de esta entidad beneficie a los socialistas, que han sido los que más han apostado por su creación, frente a los populares, que hubieran preferido la convocatoria de elecciones municipales, y que ya están empezando a poner en duda el trabajo de la misma. Como ayer publicó este periódico, el 57,8% de los vecinos de Marbella esperan que la gestora lleve a cabo una buena labor, por lo que su trabajo también tendrá reflejo en las elecciones.
Bipartidismo
De esta encuesta también se saca la conclusión de que hay un bipartidismo muy claro en estos momentos entre los dos grandes partidos, después de la desaparición del GIL, que en las elecciones de 2003 se alzó con la victoria con 15 concejales y el 55,9% de los votos. Ahora bien, esta primacía de PP y PSOE se puede quebrar por la irrupción de un independiente que levante simpatías entre el electorado marbellí. No hay que perder de vista que nada menos que un tercio de los marbellíes estarían dispuestos a dar su apoyo a un independiente en las próximos comicios locales. Y Marbella, como se ha podido comprobar desde 1991, es muy proclive a apoyar a este tipo de políticos, ya que sus vecinos culpan de una forma mayoritaria a los partidos tradicionales de la situación a la que se ha llegado en la localidad costasoleña. De hecho, un tercio de los mismos guarda una buena opinión de la etapa gilista, pese al historial judicial que tienen o han tenido casi todos los concejales del extinto GIL. Por ello, no hay que perder de vista este factor, que puede desnivelar la actual situación de expectativa electoral, y más si se tiene en cuenta que los autores de este sondeo calculan que la mitad de los votantes del GIL no han declarado que apoyaron a este partido durante la encuesta.
El Partido Andalucista sufriría un descalabro importante, pues pasaría de los tres concejales actuales a no tener ninguno. Los votantes desaprueban su corta etapa de gobierno en el tripartito. La condena de Carlos Fernández a dos años de cárcel y tres de inhabilitación por malversación de caudales públicos y que provocó su dimisión también parece pesar como una losa sobre los andalucistas, que apenas obtendrían el 3,5 por ciento de los votos frente al 9,7 por ciento logrado en las elecciones de 2003. Izquierda Unida pasaría a ser el tercer partido más votado, con el 4,4 por ciento, frente al exiguo 2,5 por ciento que alcanzaron en los citados comicios. Estos datos resultan insuficientes para conseguir un asiento en el salón de plenos del Ayuntamiento de Marbella.
Con este planteamiento, el Partido Popular parte con ventaja, pero el PSOE tiene posibilidades de alzarse con la victoria como pasó en las pasadas elecciones generales y autonómicas del 14 de marzo de 2004. Por ello, se presume que la batalla de Marbella será dura.