La redacción de un plan estratégico del vino que sirva para sentar las bases de actuación para acabar con la crisis que experimenta este sector en toda España era una cuestión que el Ministerio de Agricultura tenía pendiente desde hace años y que ya no podrá retrasar más.
Ayer, la Comisión de Agricultura del Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad una proposición no de ley para instar al Gobierno a que, en el plazo de dos meses, elabore y presente un plan estratégico del vino que dé solución a los problemas provocados por el aumento de producción y la caída en el consumo, y que tenga en cuenta la regulación de la OCM del vino que en estos momentos ya está preparando Bruselas.
De esta forma, los representes de todos los partidos urgen al MAPA para que concluya de una vez los trabajos que empezaron casi de forma paralela a la toma de posesión de la ministra Elena Espinosa, y para que inicie los contactos con el sector -productores y bodegueros- y con las comunidades autónomas que permitan consensuar las iniciativas de futuro.
El principal horizonte que debe tener este plan es el de la inminente OCM, ya que esta postura consensuada con todo el sector servirá para fijar una estrategia común de cara a la negociación de esta reforma y para defender los intereses de viticultores y bodegueros españoles ante la nueva normativa. No en vano, como destacó ayer el PP en el Congreso, países como Francia ya tienen fijada su postura ante la OCM.
Lo que está claro es que, independientemente de la norma comunitaria, España debe tener unos criterios mínimos que miren hacia el futuro y que analicen si, como se dijo hace dos años, el recorte en la producción será la única salida para el sector.