Las inspecciones conjuntas que durante los últimos meses han venido realizando efectivos militares de Estados Unidos dentro del sistema carcelario de Irak estarían encontrado una prevalencia de maltratos a prisioneros, sobre todo en los centros de detención a cargo del Ministerio del Interior (institución clave controlada por los chiíes), habiéndose detectado casos de abusos evidentes
Los sistemáticos abusos carcelarios, una práctica habitual durante el régimen de Sadam Hussein y desafortunadamente repetida por algunos efectivos del Pentágono en la prisión de Abú Ghraib, se están convirtiendo en una fuente de preocupación adicional ante el reto de pasar página a décadas de terribles abusos de derechos humanos. Para combatirlos, militares de EE. UU. y representantes de Bagdad iniciaron a finales del año pasado un programa de inspecciones con resultados desalentadores.
El peor de estos casos fue descubierto en noviembre, cuando efectivos militares estadounidenses encontraron a un total 173 hombres hacinados en un búnker secreto situado dentro de unas instalaciones del Ministerio del Interior. Los presos presentaban signos evidentes de tortura y hambre, por lo que fueron trasladados a otras cárceles. Evacuación que no se habría repetido en los últimos casos descubiertos de abusos a presos.