Jean Todt dijo que ya no conocía el camino del podio. A Michael Schumacher no se le habían olvidado las afrentas a las que le sometió Alonso. El año pasado fueron doce vueltas detrás del español sin poderle adelantar, y en éste fueron 28 las que dio Fernando acosando a Michael. La moneda estaba devuelta. Pero la victoria de Ferrari en Imola no fue la del coche más rápido, sino la del piloto más experimentado, la del viejo zorro Schumacher, que a sus 37 años aun no ha digerido la insolencia del alumno joven que le sustituyó en lo más alto del podio mundialista.