Son bandas organizadas, que saben lo que hacen y que seguramente tienen información sobre qué inmuebles no están ocupados por su propietarios. Los asaltos a chalés y viviendas unifamiliares se están convirtiendo en una peligrosa costumbre en Jerez, tal y como sucede cada día con mayor frecuencia en muchas otras ciudades del país, sobre todo en el litoral. Las Fuerzas de Seguridad han tomado cartas en el asunto en la ciudad, realizando controles especiales por la zona donde se han cometido los últimos asaltos. Pero la preocupación existe, y muchos ciudadanos no duermen tranquilos. Sin ir más lejos, en las urbanizaciones del Puerto de Santa María decenas de vigilantes jurados patrullan diariamente por las calles de las urbanizaciones, a costa del bolsillo de los vecinos.