Muchos prisioneros en las cárceles de Irak, principalmente los que están en manos de los chiíes, han sido víctimas de torturas y malos tratos en los últimos meses, ha informado hoy el diario The Washington Post.
Según un funcionario estadounidense y otro iraquí, que pidieron el anonimato, se encontraron casos de prisioneros torturados en cada una de las últimas seis inspecciones de cuatro cárceles iraquíes, efectuadas entre los pasados meses de diciembre y marzo.
El portavoz de Ejército estadounidense para las operaciones penitenciarias, el teniente coronel Kevin Curry, ha confirmado en un comunicado que en uno de los sitios inspeccionados trece prisioneros tenían "huesos rotos, indicios de haber sido colgados del techo o golpeados con cables o mangueras, y quemaduras de cigarrillos".
En un comunicado, Curry ha agregado que en otro "había varios casos de abusos físicos. Incluían cicatrices, luxaciones de los hombros, moratones y quemaduras de cigarrillos". Ha señalado que "muchas de las heridas, al parecer, habían ocurrido meses antes", pero que "había indicios de que tres casos tuvieron lugar en la semana antes de la inspección".
Según dos funcionarios anónimos que cita el periódico, las fuerzas estadounidenses no trasladaron a los prisioneros con señales de haber sido torturados a otras instalaciones, como sí se hizo con los 173 que se encontraron el pasado 13 de noviembre en una cárcel secreta del ministerio del Interior en Bagdad.
Sólo un grupo, cuyo estado era más grave, fue excarcelado para recibir tratamiento médico, a la vez que otros fueron trasladados para paliar el hacinamiento de dos centros, sostuvieron.
El funcionario iraquí, que ha afirmado haber recibido amenazas de muerte por participar en las inspecciones, ha asegurado que los prisioneros les decían que si les dejaban ahi les iban a matar.
El funcionario estadounidense en una carta por correo electrónico al Washington Post ha comentado que "no estaba al frente del equipo que acudió a los sitios" y que si lo hubiera estado "los habría sacado", en referencia a los prisioneros torturados.
El comandante de las operaciones penitenciarias de las fuerzas estadounidenses en Irak, el general John Gardner, dijo en una entrevista con el Post que estaba "completamente en desacuerdo con la afirmación de que los estadounidenses sean testigos de casos de abuso y que no hagan nada".
"Si un soldado de cualquier rango ve que un iraquí es torturado o escucha algo al respecto, desde luego lo tomamos muy en serio y hacemos un seguimiento, ya que una de las metas es alcanzar un proceso de detención que esté libre de los abusos", dijo Gardner.