El Gobierno alemán está indignado y con razón. Sólo hay que hojear la edición del lunes del periódico inglés The Sun o buscar en la edición electrónica para entender el malestar que reina en Berlín. Bajo un título irónico y de doble sentido, el diario sensacionalista publicó dos fotos de Angela Merkel que muestran a la canciller con medio trasero desnudo y otra con un bañador.

«I'm big in the Bumdestag» (Soy grande en el Bundestag), reza el título del periódico, al jugar con las palabras en inglés bum (trasero) y Bundestag, el Parlamento federal alemán. «La canciller levantó la economía de su país y ahora se sube el bañador», añade el rotativo. Las dos instantáneas fueron tomadas en la piscina de un hotel en la isla de Ischia (sur de Italia), donde la dirigente y su esposo pasaron las vacaciones de Semana Santa. En la intimidad de la piscina , la canciller optó por cambiarse el bañador, como lo hacen todas las mujeres en Alemania: se tapó el cuerpo con un albornoz y procedió a la incómoda tarea. Pero cuando Angela Merkel intentaba subirse el traje de baño, el albornoz le dejó al aire medio trasero. Fue en ese momento cuando el fotógrafo hizo funcionar el obturador. «Definitivamente esta no es la buena educación británica», señaló el portavoz del Gobierno alemán, Thomas Steg, al referirse al escándalo periodístico. «La canciller y su marido tienen derecho a la vida privada», añadió. De momento, Berlín ha declinado iniciar acciones legales contra el rotativo y es posible que nunca lo haga. Pero la foto que muestra las nalgas de la líder democristiana fue calificada por el poderoso Bild Zeitung como un insulto a la dirigente germana. «Los ingleses insultan a nuestra canciller», reza el titular del periódico más vendido del país. «¿De donde proviene tanto odio? Se trata de fotos de la esfera privada que a nadie le gustaría ver publicadas en los periódicos», añade el Bild, que reproduce la foto en cuestión, pero en tamaño minúsculo y con un cuadrado rojo que cubre sus posaderas.

Prensa «irrespetuosa»

En un tímido comentario, la Embajada británica hizo saber que la prensa en ese país tenia una larga tradición de ser «irrespetuosa», pero que prefería no valorar la iniciativa de The Sun. «No queremos echar más leña al fuego», dijo un funcionario.