El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación confirmó ayer que la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, ha decidido conmutar la condena a muerte del español Francisco Larrañaga por cadena perpetua. El joven de origen vasco se beneficiará de la medida de gracia anunciada por el Gobierno de Manila, que afectará a un millar de presos condenados a la pena capital en Filipinas.
Francisco Larrañaga, hijo del ex 'pelotari' Manuel Larrañaga y de la filipina Margarita González, fue condenado por el secuestro, la violación y el asesinato de dos hermanas en la ciudad de Cebú en 1997 y permanece en prisión desde hace más de ocho años. Ahora, con 29, podrá salir del corredor de la muerte, pero no de la cárcel.
Su familia defiende la inocencia del condenado e incluso confía en poder encontrar nuevas pruebas que les permitan reabrir el caso. No obstante, el Tribunal Supremo de Filipinas desestimó el pasado julio su moción de reconsideración contra la sentencia, lo que convirtió el fallo en firme.
Según la versión de Larrañaga, el día en el que las hermanas fueron asesinadas él no se encontraba en Cebú, sino en Manila, a 300 kilómetros. Denuncia que había 15 personas dispuestas a testificarlo, pero que no se les permitió hacerlo, y que tampoco se admitieron como pruebas las fotografías y billetes de avión que lo demostraban.
Considera que todo el proceso fue irregular. El primer juez, que lo condenó a cadena perpetua, se suicidó. Tras apelar, fue condenado a pena de muerte y la acusación se negó a hacer las pruebas de ADN al único cadáver encontrado. La única prueba de cargo fue la declaración de un testigo, un delincuente común al que se le ofreció inmunidad, que dijo haber participado en los asesinatos.
Mil reclusos
El pasado sábado, en su mensaje de Semana Santa, la presidenta anunció que había ordenado conmutar la pena de muerte de mil reclusos por la cadena perpetua. Una medida de gracia que, según su gabinete, es el primer paso hacia un cambio de política que podría sustituir la pena capital por la perpetua.
Francisco Larrañaga, tío del joven, expresó ayer su satisfacción por la conmutación de la pena a su sobrino, al tiempo que abogó por continuar el trabajo diplomático para lograr que salga de la cárcel porque «es inocente». Francisco Larrañaga consideró que la conmutación de la pena de muerte por la cadena perpetua constituye «un salto cualitativo importante», aunque admitió que no colma todas sus aspiraciones.
Por su parte, el abogado de Larrañaga destacó que se trata de «una gran noticia», dado que a partir de ahora «no nos jugamos la vida de Paco y podemos trabajar con más tranquilidad».
No obstante, Viada destacó la necesidad de seguir luchando por la total absolución de Larrañaga. «Si nosotros tuviéramos una mínima duda sobre su inocencia, nos daríamos por satisfechos con esta medida», indicó. «Pero tenemos absoluta certeza de que es inocente, por lo que no nos conformamos con esto. Un inocente no puede ser condenado a cadena perpetua», aseveró.