La factoría Delphi mantendrá la «tranquilidad» y no adoptará medidas de presión «contundentes», salvo una actitud de «no colaboración» con la empresa en la organización del trabajo, hasta conocer el desenlace judicial de la corporación en Estados Unidos después de que se declarara en quiebra el pasado octubre.

Ésta fue una de las resoluciones del pleno del comité reunido ayer para valorar la situación de la factoría después de que la multinacional fabricante de componentes de automoción difundiera un plan de transformación que advertía de posibles ventas o desincentivaciones de producciones, como la de Puerto Real, por considerar que no son «básicas» ni «estratégicas» para el futuro de la compañía.

Tras este anuncio y una reunión de apoyo de la Junta, los cuatro sindicatos en el comité (CC OO, UGT, CGT y USO) acordaron colocar una pancarta en la factoría con el lema Delphi no se cierra y pedir un encuentro urgente con el delegado de Empleo para que «intervenga de inmediato y presione a la empresa para que informe de todos sus planes hasta 2010», según el presidente, Antonio Pina. Además, recurrirán a todas las administraciones, convocarán a la empresa y solicitarán una clarificación de la situación actual y de la posible oferta de compra de la planta 40, dedicada a la fabricación direcciones.